"Yo no me rindo, nunca bajo los brazos"

La derrota del Sporting de Gijón en el derbi asturiano ante el Real Oviedo puede sentenciar a Rubén Baraja, cuyo futuro al frente del banquillo rojiblanco cada vez está más en el aire. Sin embargo, el técnico pucelano no se da por vencido y se siente capacitado para revertir la mala situación actual que atraviesa el equipo.

"No tengo que valorar si es mi último partido. No hemos estado a la altura de las expectativas. Esto es lo que a mi me duele. La falta de concentración en un partido como este, es lo que me duele", explicaba Baraja en su comparecencia en la sala de prensa del Carlos Tartiere.

En este sentido, el vallisoletano confía en su continuidad: "Uno se rinde cuando deja de intentar las cosas. Yo no me rindo y no bajo los brazos. Trato de no calentarme con la situación. En ningún momento he sentido vergüenza o que mis jugadores se dejaran ir. De ahí a rendirme hay mucha distancia", señalaba.

E insistía: "En el fútbol, la vergüenza se siente cuando no lo pones todo en el campo. Ha habido dos acciones en las que por falta de concentración y acierto del rival, te lleva a perder por dos cero. No salimos al campo como habíamos preparado, pero no puedo decir esa palabra de vergüenza".

Eso sí, no se quita responsabilidad alguna de la derrota: "Cuando preparas un partido y no sale, el principal responsable soy yo". "El análisis es muy sencillo. Si en las dos primeras acciones concedes gol... Hemos tratado de empujar en la segunda parte, lo hemos conseguido, pero nos ha faltado fluidez. Podemos poner cualquier apelativo, pero vergüenza no. No estamos en disposición de poder estar satisfechos con nada. Pero de lo que yo he visto a la vergüenza hay mucha distancia", sentenciaba.