Sentado en el banquillo de una forma perenne, anudándose continuamente la corbata y bebiendo ‘sorbitos’ de agua, Aíto sí que recibió un par de pitadas al principio del derbi, la más sonora cuando se anuncio su nombre por la megafonía del Carpena. El técnico del Cajasol salió al parqué desde el primer minuto de calentamiento de su equipo.
Durante el encuentro se escucharon algunos cánticos en su contra desde uno de los fondos del Palacio. “Aíto, m…..” y “Aíto, pásame el agua”, fueron los más escuchados. Cuestionado por el recibimiento, el madrileño señaló: “No tengo ningún comentario que hacer, me dedico a mis cosas, a mis funciones técnicas, como he hecho siempre”. Sobre el encuentro, manifestó: “Es una victoria muy importante y estoy contento. Hemos tenido un buen ritmo defensivo y el acierto. Defendimos muy bien la defensa del bloqueo directo”.
Los gritos a Aíto se transformaron en el último cuarto cuando el Cajasol le dio la vuelta al marcador. Entonces se enfocaron en el palco con un contundente: “¡Directiva, dimisión!”.