También un tatuaje que luce en su muñeca derecha. Por lo demás, es el bonachón afable que se fue de Málaga. Volvió para ser la bandera del proyecto que ahora mismo ondea a media asta. Él es su primer crítico y no le duele en prendas reconocerlo. Encontramos a un jugador sincero y frustrado, pero con la confianza intacta en reencontrar su mejor versión. Sabe que tiene una cuenta abierta con la afición de Málaga, con su entrenador y consigo mismo. Y piensa cumplirla.
- ¿Cómo le trata la vida en su regreso a Málaga?
Muy bien, la verdad es que nunca he dejado Málaga, los veranos siempre los he pasado aquí, mi mujer es malagueña y siempre le he tenido un cariño especial a esta ciudad. Estoy donde quiero y en el equipo en el que he crecido como jugador. Es muy raro, pero a la vez intenso y divertido.
- ¿Echaba de menos todo esto?
Echaba de menos todo. Cuando llegas, ves a la gente y siguen los de siempre. El ambiente es el mismo, aunque tenemos el problema de la afición. Viene menos gente que antes y debemos hacer algo para que vuelvan. Se han producido cambios en la directiva y en las oficinas, pero en el fondo la ciudad sigue estando loca por el baloncesto. Y eso me gusta.
- Al equipo no le están yendo bien las cosas, ¿qué está pasando?
Entiendo que es un problema de mentalidad, hemos dado un pequeño o gran bajón, como se quiera mirar, y la verdad es que es frustrante. Empezamos muy bien y de repente tuvimos un cambio inesperado. Y eso se nota en el ambiente.
- ¿Entiende entonces que vaya tan poca gente al Palacio?
Sí. El año pasado se dieron situaciones que hicieron que la afición no tuviera confianza en el equipo y este año ha pasado lo mismo. Y a eso hay que sumarle que habrá gente que, tal y como está el país, no pueda pagar el abono y se ahorre venir. No es bueno que a una ciudad como Málaga, que siempre ha creído en el baloncesto, le pase esto. Se ve que a la afición le cuesta reengancharse al equipo.
- ¿Nota cierta falta de identidad en el vestuario?
No me puedo quejar de los compañeros que tengo ahora. Son buena gente que están dando mucho por el equipo, aunque evidentemente se echa de menos a jugadores con los que has estado anteriormente, como Berni, Jorge (Garbajosa), Cabezas… Eso se nota, sí.
- ¿Y al entrenador lo ve capacitado para sacar adelante la situación?
Cuando me fichó habló conmigo y me dijo que confiaba y que tenía fe en mí. Esas palabras se han quedado marcadas en mi mente. Yo también confío en el él y lo respaldo, pero lo que pase con él en cosa del club.
- No se está viendo su mejor versión esta temporada….
He tenido partidos buenos y también malos por mentalidad. Hay días que estoy muy bien y otros que me sale todo al revés. Debo estar más tranquilo y pensar en que no tengo que demostrar nada a nadie, porque ya lo he hecho. Debo seguir creciendo como jugador y ya está.
- Quizás le pese ser el jugador franquicia.
Sí, eso siempre pesa. Eso y ser capitán. Pero tengo que asumirlo lo mejor posible. Estoy cabreado por todo, por la situación, porque no me salen las cosas... Todo se va mezclando, pero sigo cada día trabajando, con mentalidad y físico, para ayudar al equipo a levantar todo esto.
- ¿Cree que merece jugar más?
Yo en eso no entro. Son decisiones que están ahí. He estado muchas veces en mi carrera sin jugar. Debo demostrar que puedo hacerlo igual de bien tanto si juego cinco minutos como si lo hago 30.
- Dijo hace unas semanas que sentía que estaba defraudando a la gente. Eso suena muy duro…
No soy una persona que se quede las cosas para mí. Lo dije y lo digo porque la gente tiene confianza en mí y no respondo. Esto también me pasaba con la selección, que estaba en pista y no ayudaba al equipo. No lo digo por quedar bien, soy así y lo expreso abiertamente.
- Pero su trayectoria está ahí. Nadie le regaló nada.
Sí, y si yo no confío en mí, nadie lo hará. Estoy trabajando, dando lo máximo de mí y, tarde o temprano, llegarán los frutos. Espero que sea más temprano que tarde y pueda dar esa alegría a la afición que es lo que se merece.
- ¿Entonces, es feliz aquí?
Sí, porque nunca me esperaba volver. Quería hacerlo, pero no se veía el momento… Ha sido ahora, y estoy contento de estar aquí y de cómo me ha recibido la gente. Eso es un orgullo para un jugador y da más responsabilidad.
- Porque la afición le recibió bien. ¿Tenía dudas?
Sí las tenía, y no me esperaba un recibimiento tan bueno. Cuando salí del Unicaja y me criticaron dije que la gente tenía su opinión y no soy nadie para que la cambien. Lo respeto, igual que si ahora me tienen que pitar lo acataré como una opinión abierta.
- ¿Se arrepiente de algo en su carrera, quizás de no haber ido a la NBA?
Todo lo que he hecho ha sido positivo para mí. Si me hubiera ido a la NBA podría haber sido un gran jugador o podría haberme vuelto a casa sin hacer nada como les pasó a otros. No sabía si me iba a adaptar, me quedé aquí y he conseguido cosas.
- Bueno, dígame al menos que conseguirán jugar los ‘play-off’.
El objetivo es el Madrid ahora. Este equipo se merece estar en los ‘play-off’. Yo confío en los jugadores y en la mecánica del equipo. Si no creemos en nosotros, nadie lo hará. Lucharemos las competiciones que nos quedan.