Se echó de menos a Raül y hay que destacar el buen partido de Mumbrú, pese a no brillar demasiado. Este miércoles se jugarán los otros tres choques de cuartos de final.
Los dos equipos empezaron anotando con ganas, jugando a un ritmo altísimo, con la demostración de que los germanos llevan en su ADN el estigma de los siete yankees con los que cuentan en la plantilla de Leibenath. El Uxúe aceptó sin problemas el intercambio de canastas sabedor de su mayor categoría. Así Hervelle daba la segunda ventaja del encuentro con el 8-10 forjado en un parcial de 6-0 merced a varios robos de balón.
Lástima que faltara un pelín de acierto al principio porque la verdad es que los teutones defendían muy poquito y solo se mantenían a la par en el marcador con un John Bryant magnífico. El armario de San Pablo imponía sus kilos y hacía pupa en la zona con 10 puntos. Pero fue apretar atrás y los bilbaínos metieron la directa olvidando la caraja de Málaga.
Un triple de Mumbru, primero de los MIB, y otro seguido de Kostas permitían coger un colchoncito de nueve puntos (16-25), ya con Grimau de base habida cuenta de que Raül López no superó sus problemas en el gemelo en el entrenamiento previo. La diferencia incluso alcanzó los doce puntos cerrándose el primer cuarto con un estupendo 18-30, con Kostas Vasileiadis en labores de demolición anotando 13 puntos.
Después del show inicial de los MIB parece mentira la caraja con la que se entró al que iba a resultar un nefasto segundo parcial. Los de Katsikaris se empeñaban en escoger la peor opción y costó más de dos minutos anotar y fue por medio de unos tiros libres que sumó Hamilton.
Bryant pedía a gritos una plaza en la Liga Endesa con sus 23 puntos al descanso, triturando una y otra vez a los pivots vascos con sus entradas feotas pero efectivas por el lado izquierdo. No podían con él, tal cual, ni cogiéndole de la coleta.
Al menos los exteriores del Uxúe funcionaban, volvieron enseguida los diez de ventaja con un Zisis que tomaba el relevo anotador de su compatriota, pero no era normal que los alemanes no metieran una de fuera. Cuando cambió el péndulo y mejoraron sus porcentajes se echaron encima poniéndose 36-36, cuando durante un buen rato parecían casi groggies.
La cosa andaba peleada, los locales con un buen base y un enorme (en todos los sentidos) pivot estaban dando mucha guerra, pero los dos killers griegos iban a asumir el peso del Bilbao Basket y le sacaban del atolladero en que se había metido, llegándose de esa forma al intermedio (42-45) con 19 puntos de Kostas y 8 de Nikos después de un fallido cuarto que se perdió por 9 puntos.
El tercer cuarto no empezó mejor y los de Ulm echufaron un 8-2 de salida con dos triples de... ¡¡Bryant!! que ya empezaba a parecer Kobe el mito de los Lakers pero en blanco y fofote, pero vamos sin mucha coña con él que el angelito llevaba ya 29 puntos anotados cuando aún quedaban casi 18 minutos de partido por delante. Menos mal que estaba también con tres faltas y se le acabó la gasolina, porque el estropicio era tipo tsunami.
Pero con él en el banquillo había vida y Pilepic, con sus primeras canastas, volvió a dar la delantera a los hombres de negro en un momento complicado. El croata cabreado con su -7 de valoración en el Carpena anotó siete puntos claves para aguantar el tirón porque los germanos no soltaban ya la cuerda.
Las defensas ya se habían puesto mucho más serias y la anotación cayó en barrena, viéndose incluso 'balonazos' que ni rozaban el aro de Moerman o una desafortunada serie de Rakovic, que no metía una. Por parte local eran sus aleros estelares quienes estaban de vacaciones, así que ni para ti ni para mi, se acabó el cuarto, de nuevo perdido por el Uxúe, 60-58.
Y erre que erre, otra vez se empezó mal el cuarto definitivo, y un 5-0 de salida puso ya la alarma al menos naranja, con siete puntos abajo. Esos momentos de zozobra en el que todo sale torcido y hasta a Jeter le entró un triple a tabla, abriéndose el marcador a un 76-64 que obligó a pedir tiempo muerto y a sacar hasta la calculadora por temor a un roto curioso.
Parece mentira que tras ganar por doce puntos el primer cuarto se estuviera a falta de seis minutos con una rodilla en la lona y oyendo la cuenta de protección. Hubo un atisbo de reacción, ya que se rebajaba la diferencia a cinco puntos con un triple de Hervelle, pero el asunto no tenía remedio y los de Liebenath con un Keaton Nankivil letal volvieron a irse 83-71. Cuando se mascaba la tragedia Hamilton sacó algo de verguenza torera para meter cinco puntos, que unidos a un tiro de Axel Hervelle limitaban el despropósito a un 85-81 que ni tan mal para lo visto. Se estuvo cerca del hundimiento.
Estadística oficial del partido.