La necesidad es acuciante. Una derrota puede ser fatal para las aspiraciones de play off del equipo malagueño. Que existen, pese a la última debacle ante el CAI Zaragoza. Depende de sí mismo el equipo malagueño. Sucede que, vista la irregularidad que muestra el equipo del croata, es complicado tener fe ciega en el equipo.
Sin Williams y sin Dragic, llega Tarence Kinsey, con apenas entrenamiento y medio para captar sistemas y adaptarse a sus compañeros. No parece que vaya a tener una altísima participación en el partido, aunque nunca se sabe. Él y sus nuevos compañeros tienen la oportunidad de seguir en la pelea ante el Cajasol de Aíto García Reneses, prácticamente salvado, le falta una victoria o una derrota del Lagun Aro tras dos victorias trascendentales.
Otrora había una invasión de seguidores malagueños en Sevilla. Tristemente, la dinámica ha cambiado y apenas habrá un puñado. Pero ahí se juegan cosas y el Unicaja debería competir siempre hasta el final, más ante el eterno rival. Reencuentros variados en el parqué, tiempo de dar un paso adelante.