La historia se remonta a marzo del pasado año. Katsikaris llegó caliente a la sala de prensa del pabellón sevillano después de una dura semana en la que la ACB había obligado al equipo bilbaíno a jugar en Sevilla apenas 48 horas después de hacerlo en Moscú con el CSKA en la serie de cuartos de final de la Euroliga.
Los 'MIB' sacaron el partido adelante en la prórroga, pero el técnico se despachó con un escueto: “Estoy aquí para felicitar a mis jugadores; solamente por eso. Les felicito porque son muy grandes. Muchas gracias”.
La 'espantada' le costó duras críticas al preparador heleno en Sevilla, que aprovechó la rueda de prensa del sábado para excusarse. "Antes de empezar, quiero pediros disculpas por lo del año pasado. Mi actitud, mi reacción fue muy poco profesional. Me he arrepentido mucho y ahora que tengo la oportunidad os pido disculpas otra vez. No sé si me conocéis o no, pero por lo general no soy un entrenador que reaccione así. Respeto vuestro trabajo y fue un calentón que no tenía ningún tipo de excusa porque vosotros ni nadie tenía la culpa”, dijo a los periodistas.