El Unicaja perdió la final de la Gloria Cup ante el CSKA (84-88) pero ganó un pedazo grande de autoestima y respeto para el inminente comienzo de la temporada regular. Sin Toolson y Suárez, con la marcha de Dragic aún caliente, el equipo malagueño venció a Efes y Olympiacos y estuvo a punto de hacerlo ante el gigante ruso de no ser por la aparición en los cinco minutos finales de Vorontsevich, que con 15 puntos en ese periodo volteó un partido que dominaba el equipo de Joan Plaza por nueve puntos (75-66). Grandes sensaciones se trae el Unicaja de Estambul, no las borran esta derrota postrera.
Gran partido colectivo del Unicaja, que supo reconducir un partido que el CSKA comenzó con más brío e intensidad, como un poco más enchufado que el Unicaja. Buenos minutos de Karahodzic en el segundo cuarto, con seis puntos. Parece que ha adelantado a Maodo por la izquierda, aunque jueguen en distintas posiciones. Con nueve hombres de rotación Plaza hacía pruebas, como los dos bases juntos o Kuzminskas de dos.
Al descanso se llegó en ligera desventaja (41-45). Un triple de Vasileiadis (cuatro a lo largo del partido) empató el duelo). Y arrancó el Unicaja con el griego y Granger al comando para estirar el duelo hasta los ocho puntos de renta (67-59). Una canasta de Markovic (75-66) marcaba un tope de nueve puntos a falta de seis minutos. Parecía que la Gloria Cup se venía para Málaga, pero apareció Vorontsevich, un buen jugador pero no un crack, para cambiar la suerte del partido. Tal es el fondo de armario del CSKA. Combatió hasta el final el Unicaja, en un duelo que por la intensidad parecía oficial. Acabó perdiendo el encuentro pero ganando muchas cosas.