El partido estaba sentenciado ya y era el clásico juego de dejar pasar los segundo. Spanoulis lanzó a la remanguillé y el balón le cayó a Vasileiadis a falta de tres segundos. Se volvió, midió los pasos y lanzó desde tres cuartos de cancha. Con el reloj a cero, el balón entraba tras tocar a tabla. Fue el espectacular broche a un partido amargo.
"Desgraciadamente nos faltó espíritu para cerrar en los minutos finales y no conseguimos ganar", dijo el alero griego tras jugar ante el que fue su club durante un año: "Nos pasa en casi todos los partidos de este Top 16 y es por la razón de que sólo ganamos una vez. Jugamos muy bien en la primera mitad y tuvimos la oportunidad de batir al Olympiacos, pero los partidos duran 40 minutos. Es nuestro principal problema en la Euroliga, pero seguro que la experiencia es muy útil para la ACB. En la segunda mitad el Olympiaco mejoró ofensivamente y encontró soluciones ante nuestra defensa. Spanoulis no sólo anotó, sino que creó posiciones fáciles para sus compañeros”, señaló el de Salónica.