La mayoría de la gente habría apostado al principio de la Euroliga y hasta del Top-16, que si un equipo estaría a estas alturas jugándose el pase al Top-8 sería el Unicaja y no el Baskonia. Pero la realidad es la que es. Los de Plaza están eliminados y los vascos llegan al Carpena con la esperanza de la carambola que les dé un billete a la siguiente fase.
La jugada para Laboral Kutxa (¿no le sale a usted también decirle Tau?) es ganar al líder de la Liga Endesa en su cancha y esperar que en el duelo turco entre Anadolu Efes y Fenerbahçe los primeros sean derrotados. Puede que sí, puede que no, cosas mucho, muchísimo, más raras se han visto en esto.
Sin embargo, hay que contar que el Unicaja es enemigo íntimo del cuadro vitoriano. Así que no habrá perdón. Si puede, irá a dejar KO a un Baskonia que además es su eterno rival por las licencias de Euroliga. Y es que siempre será un duelo con morbo. Se han ganado ligas, eso une para siempre. El triple de Garbajosa, ese Marcus Brown retando al provocador Rakocevic... son tantas las anécdotas que darían para un serial.
Pero estamos en el presente. Un presente en el que a Plaza le importa poco no jugarse nada a efectos de clasifiación. Quiere ganar, quiere crecer, quiere darle un gusto a la afición. Así que este jueves, desde las 20:45, el Unicaja se vaciará para despedir con triunfo la Euroliga. Y con la nostalgia de un Top-8 que estaba ahí y no supo alcanzar.