En plena Feria de abril hubo una invasión malagueña de Sevilla. Las hubo mayores en tiempos pretéritos, pero no como la que se registró este sábado en San Pablo. Pese a la derrota ante el Sevilla, que obligó a una vuelta con amargura, fue un gran día para el Unicaja. Porque su afición vibra de nuevo con el equipo y medio millar de personas se moviliza para ver al equipo.
200 kilómetros separan Málaga de Sevilla. Casi dos horas de autobús. Cuatro de ellos salieron desde el Carpena a las 10:00 horas. El club y la peña Fondo Verde lo permitieron. Aparte de esos 220 seguidores, otros tantos fueron por su cuenta, en coche particular o tren, con rumbo a la capital andaluza. La buena noticia es que hubo hermanamiento con las peñas sevillanas, síntoma de que el baloncesto es diferente a otros deportes.
Es de esperar que en estos play off se movilicen los aficionados a otros lugares. Será la mejor señal de que las cosas marchan bien para Joan Plaza y sus chicos, no como ocurrió en Sevilla.