Mindaugas Kuzminskas puso el único rayo de luz en la tormenta esta noche en el Palau con una gran jugada. Su estética acción no sirvió para mucho, mas que para paladearla durante el partido y también después. Cuando todavía no se había despegado del todo el Barcelona en el marcador, el lituano se jugó un contra uno ante Tomic, dejándolo atrás tras corretearlo con un cambio de ritmo y penetrando para acabar con un matazo a una mano en la cara de Doellman. Un jugadón precioso y cargado de talento, sin duda.