El Barça agua la fiesta (62-80)

El Unicaja se pegó de bruces con la realidad. Tras fantasear durante 20 horas con un título, las vitrinas de Los Guindos seguirán cerradas. El equipo de Joan Plaza aguantó durante 25 minutos al Barcelona, que apretó el acelerador y dejó en una versión menor al equipo malagueño. No tuvo respuestas el Unicaja, que ve cómo se le escapa un título al alcance. Quizá para dimensionar lo que será la temporada vendrá bien.

La efervescencia previa llevó al Unicaja a dominar por 15-9 con Kuzminskas al comando, pero Oleson y Doellman se combinaron para endosar un parcial de 0-13 en mitad del cual Nedovic realizó su tercera falta personal. La sequía, coincidiendo con la ausencia del lituano, propició una renta significativa al final del cuarto para el Barcelona (15-22).
El dominio del partido pasó a manos del talentoso Carlos Arroyo, que en su crepúsculo tiene una de las mayores misiones de su carrera. Y el Barcelona tomó carrerilla (22-30) ante evidentes dificultades para anotar del Unicaja, que intentaba masticar un partido diferente al del viernes. El juego interior, Thomas y Fran Vázquez, recortaba distancias (28-30), pero el buen hacer de Pau Ribas mantenía al Barcelona arriba al descanso (31-37). El Unicaja tuvo algunos momentos de lucidez en el tercer cuarto, se colocó a sólo tres puntos (42-45), pero un par de acciones del griego Perperoglou le dio gasolina extra al Barcelona, mientras mermaba la confianza cajista. Las ideas descendían y el tiro era menos fiable que en la víspera. Y el Barcelona, necesitado de títulos, apretó el acelerador para dejar el partido bien encarrilado al final del tercer cuarto (43-60). El Barcelona rebasó los 20 puntos de renta y la final se convirtió en un partido de menor intensidad, con dominio catalán en casi todas las facetas. La superioridad fue grande. No debe frustrar las expectativas para una temporada ilusionante, pero al Unicaja se le pedía más.