Mindaugas Kuzminskas es todo amor. Representa la cara más amable del vestuario del Unicaja y ha vuelto a cuajar un partido extraordinario (22 putnos, cuatro rebotes y tres asistencias), con apariciones celestiales en los momentos cumbres. “Estoy emocionado por la victoria”, acertaba a decir el lituano tras el partido en las cámaras de la Euroliga.
“Ahora mismo somos los únicos invictos de Europa y es algo bonito, pero es sólo la primera fase y nosotros pensamos más allá, queremos conseguir cosas más importantes”, dijo con firmeza Kuzminskas, que reconoció que “nunca le había ganado al CSKA en la Euroliga, siempre que me había enfrentado a ellos perdí, salvo una vez en la VTB. Es algo que quería hacer y lo he conseguido”.