Antes de la llegada de Joan Plaza el Unicaja acumulaba tres ausencias en las cuatro previas Copas y dos faltas seguidas en los play off de la ACB. El club estaba en un punto de inestabilidad deportiva altísima y el técnico catalán tuvo la receta adecuada para devolverle a su sitio natural en dos años seguidos de, en general, buen baloncesto y resultados notables.
El Unicaja, a primer día de marzo de 2016, es otra vez el de 2013, el de 2012 o el de 2011. Un equipo a la deriva que conecta con las peores pesadillas que se creían olvidadas. No estuvo en la Copa, sobra medio Top 16 sin opciones de un Top 8 que parecía más asequible que nunca y ahora mismo transita fuera del play off de la ACB. Ha perdido 8 de los últimos 10 partidos y se desangra de una manera evidente y visible. Los últimos cuatro partidos se han perdido por un mínimo de 10 puntos, por una media de más de 16. No se compite siquiera. Jugadores que parecen vulgares, un entrenador sobrepasado y muchas, muchas dudas.
De junio, cuando se estuvo a un suspiro de la final ACB, a marzo, una caída formidable. Si en octubre se salivaba pensando en lo que podía ser este equipo después de triturar a un exhausto Real Madrid en las semifinales de la Supercopa ahora en Los Guindos se pegan chocazos contra la pared. Ningún fichaje ha alcanzado las expectativas y ahora mismo sólo parecen buenos los ausentes, Markovic y Smith. Que, escuchando a Plaza lamentar ausencias, parecerían Chris Paul y Stephen Curry. Pero no son tan buenos. Jackson parece una cabra loca y Nedovic una figura de porcelana sin personalidad. Hendrix ya elegia esfuerzos estando sano y ahora no puede físicamente. Dani Díez ofrece esperanzas de futuro pero no está para liderar nada. De los temporeros, Cooley y Nelson, sólo se puede decir que han empeorado lo que vinieron a relevar.
De lo que había, Carlos Suárez y Fran Vázquez parecen haber envejecido de golpe 10 años. En junio eran claros jugadores de selección española (no fueron al Eurobásket porque eligieron descansar) y hoy produce pena su falta de confianza, verles vagar por el parqué. Kuzminskas ha sido engullido por la dinámica y ya piensa, seguramente con razón, en el millón de euros que ganará en cualquier equipo de Europa o en la NBA. Will Thomas es un 4 bravo, pero con demasiadas limitaciones para una posición tan capital en el baloncesto moderno. Y entre la tormenta apenas ha emergido Alberto Díaz como una buena noticia. Pero si el base con el que el Fuenlabrada quedó último el año pasado marca el nivel...
En estas, Plaza, paladín de toda la reconstrucción, se hizo con las llaves del club (deportivamente). Cambió al preparador físico sin más razón que , propulsó cambios en la cantera, tuvo plena libertad para dar bajas en la plantilla y los fichajes, según dijo el presidente y no negó el entrenador, fueron primera o segunda opción de lo que se planeó en verano. Sólo Granger se marchó por la ley del mercado. Y lo que se fichó, ya ven el resultado. Por separado, jugadores de buen nivel europeo. Juntos, un equipo que pierde más que gana. El técnico apretó las clavijas al club con el asunto de los chárter, le zurró cuando la Euroliga prescindió en sus planes futuros del Unicaja y no ayudó a crear un clima para que todos remaran favorables. Las ovaciones del Carpena antes de los partidos ya no son tales. Y el hombre que devolvió al club al lugar que merecía ya no es intocable.
Yo pienso que aqui puede venir el entrenador que venga que con los nedovic...nelson...jackson...vazquez...y alguno q otro no vamos a ningun lao...que un tio te tire solo y no llegue al.aro o ser de los peores equipos en tiros libres...y varias estadisticas mas no es culpa del entrenador sino mas bien de una plantilla con mu poquita calidad
Se os olvido decir en el artículo.... , y una buena parte de la afición se mantiene indolente y aun sigue pensando que la culpa la, tienen los árbitros. Solo hay unos culpables, la directiva y un nefasto esntrenador que ha terminado desquiciando a toda la plantilla.