El Real Madrid, que viajará a Sevilla en la misma mañana del partido, no se fía de la debilidad como local del Betis (2-4) y pese a las dudas de Luka Doncic y Jonas Maciulis confía en ganar y mantener ese colchón de dos victorias que tiene al frente de la clasificación de la Liga Endesa.La derrota en Belgrado, ante el Estrella Roja en Euroliga (la tercera consecutiva como visitante en la máxima competición continental) hace que el Real Madrid viaje a Sevilla con hambre de victoria para paliar el mal sabor de boca.
Luka Doncic es duda. En Belgrado sufrió una torcedura de tobillo, sin que llegara a mayores, pero tras el viaje a Eslovenia del joven base para celebrar la Nochebuena y Navidad con su familia, no se ha incorporado al trabajo del grupo en su totalidad y ha estado en manos de los fisioterapeutas.
Jonas Maciulis ya se perdió el partido ante el Estrella Roja por unas molestias en la parte posterior de la rodilla. No es nada grave, pero no se quiere forzar al jugador para minimizar el riesgo de una recaída.
Rudy Fernández tampoco estuvo en Belgrado por el nacimiento de su primer hijo y ahora estrenará esa circunstancia en Sevilla.
Pablo Laso, entrenador del Real Madrid, decidió que el equipo se desplace en AVE a Sevilla en el mismo día del choque, había cuenta de que se juega a las 21.30 horas y que de esta forma es casi como si se ganara un día, aspecto nada baladí si se tiene en cuenta la aglomeración de partidos en el calendario del Real Madrid.
En las últimas dieciséis citas entre ambos equipos la victoria siempre cayó del lado madridista, pero ni aun así se fía Laso, que conoce perfectamente al técnico rival, Zan Tabak, porque perteneció a su cuerpo técnico, y sabe que le presentará batalla.
También será una buena oportunidad para comprobar los progresos de Emanuel Cate, pívot rumano cedido por el Real Madrid al Betis; y especial para Andrés Nocioni, sobre todo si la victoria sonríe a su equipo, porque podrá celebrar su partido números 300 en la Liga Endesa.