El Unicaja Baloncesto no quiere prisas en la planificación de la plantilla, porque el grueso del equipo está confeccionado ya y hay que afinar bien el tiro para rellenar las plazas que el entrenador y la secretaría técnica consideran apropiados. Además, hay condicionantes que impiden dar por segura la continuidad de algunos jugadores, así que queda tiempo de margen.
Es el caso de Jamar Smith. Tanto el club como el jugador tienen la opción de romper hasta el 30 de junio el contrato para el año que viene por una cantidad baja, 25.000 dólares. Con Kyle Fogg siguiendo presumiblemente, si siguiera Smith estarían ocupadas las dos plazas de extracomunitario. Plaza advirtió de que era una decisión clave, si gastar otra vez las dos plazas en jugadores que se desenvuelven en posición similar.
El contrato firmado por Smith recoge una buena subida en su tercer año de contrato, aunque el jugador demanda a través de sus agentes una subida extra para quedarse. Exploran opciones en el mercado. El Unicaja considera una buena pieza a Smith, pero tampoco le descuadraría que se marchara. Parece una partida de póker.