Las cuentas de los dos ascendidos a la Liga Endesa
Los dos clubes que han ascendido a la Liga Endesa tras la supresión del canon, el Gipuzkoa Basket de San Sebastián y el San Pablo Inmobiliaria de Burgos, contarán esta temporada con los ingresos acordados con instituciones públicas y los abonos pero necesitarán captar nuevos patrocinadores.GBC y San Pablo Inmobiliaria son los dos primeros clubes que ascienden a la máxima categoría del baloncesto español una vez la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) obligó a la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) a modificar el canon de acceso a la competición, que era de unos 3,1 millones de euros más los 1,5 millones de fondo de ascensos y descensos.
Este canon, que había impedido prácticamente los ascensos por ser inasumible para la mayoría de los clubes de la categoría de plata, fue sustituido por un pago recuperable por 'derechos de participación' de 1.616.084 euros distribuidos en cuatro anualidades y un presupuesto mínimo de 2 millones.
El Gipuzkoa Basket, a la espera de un patrocinador, confía en poder estar a la altura de la competición ACB en el plano económico tras su admisión este jueves para la disputa de la próxima liga en la máxima categoría del baloncesto nacional, dos años después de su último descenso.
El conjunto guipuzcoano se ha convertido en un club ascensor y en poco más de una década ha tenido tres descensos, aunque uno de ellos no llegara a consumarse por la imposibilidad de los conjuntos LEB Oro en aquel momento de cumplir la draconianas condiciones económicas de la patronal del basket nacional.
Ahora, precisamente tras relajarse dichas condiciones, el Gipuzkoa Basket no ha querido dejar escapar uno de los últimos trenes para instalarse en la élite que pasaba por San Sebastián y, principalmente con ayuda institucional, se ve capaz de competir dignamente.
La Diputación Foral de Gipuzkoa, poderosa institución que recauda los impuestos en el territorio guipuzcoano, ha dado un paso al frente y ha incrementado su aportación hasta los 700.000 euros, todo un salvavidas para el club que preside Nekane Arzallus que cuenta también con una importante ayuda municipal que supera los 200.000.
El club cuenta también con otra suerte de ingresos, como son los televisivos por parte de la plataforma que ostenta los derechos, y un club de empresas que podría dejar también una cantidad que oscila entre los 200.000 y los 300.000 euros.
Otra de las patas del banco de financiación en el que cimenta su futuro el Gipuzkoa Basket es su masa social, muy amplia cuando se produjo su primer ascenso en 2006 pero que ha ido menguando hasta menos de 2.000 socios en LEB Oro.
Lejos quedan los tiempos en los que los de Donostia eran la afición más numerosa de la ACB (8.000) y la segunda cancha con mayor presencia de aficionados de toda la categoría, porque la incapacidad para luchar por objetivos ilusionantes hizo que año a año un sector importante de sus seguidores dejara de apoyar al equipo.
La presidenta Arzallus estaría contenta, según dijo en su última comparecencia pública, con sumar por encima de los 3.000 abonados, lo que permitiría incrementar su presupuesto por encima de otros 400.000 euros.
El club vasco, de momento, tiene mimbres suficientes para pelear con dignidad en la ACB aunque estará condicionado por el pago de los 400.000 euros anual durante cuatro temporadas en concepto de participación y, sobre todo, disminuir una deuda cifrada a día de hoy en los 2,8 millones, la principal espada de Damocles que pende sobre el GBC.
En Burgos, después de cuatro ascensos deportivos en las últimas cinco temporadas disfrutarán al fin un equipo en la máxima categoría del baloncesto nacional: el San Pablo Inmobiliaria CB Miraflores, que ha podido cumplimentar toda la documentación y los pagos exigidos por la ACB para su inscripción.
En total, el club burgalés ha depositado en las cuentas de la asociación de clubes 404.021 euros más IVA, correspondientes a la primera de las cuatro anualidades en las que se ha dividido el 'valor de participación'.
Ese 'valor de participación' es el sustitutivo del antiguo canon de acceso, un ingreso a fondo perdido que suponía una barrera de entrada a los equipos que ascendían desde LEB Oro y que fue denunciada ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por parte del Autocid Ford CB Tizona, el otro gran club de la ciudad, que en el verano de 2015 decidió no inscribirse en la categoría de plata y abrir el proceso judicial tras tres ascensos frustrados.
El resultado de aquella iniciativa ha sido una resolución sancionadora de la CNMC que ha obligado a la ACB a reinventar el modelo de ascensos y descensos de la que se han beneficiado, este mismo verano, tanto el San Pablo Inmobiliaria como el Guipúzcoa Basket, y que ha supuesto un punto de inflexión en la organización del baloncesto en España.
Además del depósito de la primera anualidad del 'valor de participación', ambos clubes han debido presentar una amplia documentación que acredite ante la ACB su solvencia como entidad deportiva, con detalles en torno a la estructura del club, la sociedad anónima deportiva o el presupuesto con el que contarán.
En este sentido, la ACB exigía un presupuesto mínimo de 2 millones de euros para garantizar la viabilidad de la competición, un requisito que el San Pablo cumplirá con facilidad, ya que la directiva maneja un cálculo de entre 2,7 y 2,8 millones de euros.
Para alcanzar esa cifra, además de las aportaciones de la propia directiva, el club cuenta con varias vías de ingresos, como la venta de abonos. De momento, el lanzamiento de la correspondiente campaña ha permanecido a la espera de la ratificación de la inscripción por parte de la ACB, pero la directiva ya ha adelantado que se pondrán a la venta abonos a precios "muy competitivos" para intentar alcanzar un significativo número de abonados.
Asimismo, el club ha cerrado en las últimas semanas dos contratos de patrocinio con el Ayuntamiento y la Diputación Provincial, quienes aportarán 2,2 millones de euros y 500.000 euros en cuatro años, respectivamente, condicionados a la permanencia del equipo en la máxima categoría.
Además, el club está actualmente inmerso en negociaciones para conseguir nuevos patrocinadores que complementen los ingresos ya comprometidos por varias vías.
Paralelamente, la entidad deportiva está pendiente de la conclusión de las obras a las que está siendo sometido el Coliseum, que será su feudo a partir de la próxima campaña por exigencias de la ACB, que requiere contar con un pabellón de más de 5.000 localidades, una condición que no cumplía El Plantío, hogar tradicional de los equipos de baloncesto de Burgos.
En este caso, la antigua plaza de toros, reconvertida en espacio multiusos, aún no cuenta con los correspondientes vestuarios, si bien, el Ayuntamiento ya ha iniciado todos los trámites para que esté todo listo antes del comienzo de la temporada.