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Una nueva lección de Scariolo

Antonio SotoMadrid, 27 nov .- Sergio Scariolo ha vuelto a rizar el rizo. Con todo en contra en la primera ventana FIBA y el billete para el Mundial en peligro, el italiano logró formar un grupo compacto con jugadores no habituales que, con cuatro únicos entrenamientos, sumó los dos primeros triunfos en el camino hacia China 2019.
En esta ocasión, el Rey Midas del baloncesto español, que todas las competiciones las convierte en medallas, partía con el hándicap de no poder convocar a jugadores de la NBA ni de la Euroliga, por lo que se vio obligado a renovar por completo el equipo y llamar a dieciséis hombres con escaso bagaje internacional a sus espaldas.
Por eso, los triunfos ante Montenegro y Eslovenia suponen un nuevo milagro en el currículum del de Brescia, que ha dado a España tres medallas de oro y una de bronce en campeonatos de Europa y otras dos preseas olímpicas: la de plata lograda en los Juegos de Londres 2012 y la de bronce de Río de Janeiro.
Ante Montenegro y Eslovenia tiró de veteranos de la talla de Fran Vázquez, que ejerció de capitán, o los incombustibles Sergi Vidal o Albert Oliver, quien a sus 39 años debutó en un equipo en el que también fue convocado un grupo de jóvenes cargados de ilusión que son el futuro del baloncesto nacional.
El resultado convenció a todos y sorprendió a muchos, incluso al propio Scariolo, quien acabó el partido ante Eslovenia con lágrimas en los ojos por la emoción que le habían transmitido unos hombres para los que, según reconoció, "no tenía palabras" para agradecer su esfuerzo.
"En mi corazón siempre estarán muy arriba estos partidos. Me voy muy contento, tanto como si hubiera ganado una medalla. Es difícil hacer un ránking, pero no me olvidaré nunca de esta semana ni de estos hombres", admitió en rueda de prensa en el Coliseum de Burgos.
Una vez salvada la difícil papeleta a la que se enfrentaba, Scariolo lamentó que, en muchos casos, la selección haya sido "involuntariamente injusta" con quienes hubiesen merecido una oportunidad de jugar alguna competición y no la tuvieron "por el tremendo nivel de sus compañeros".
Ese es, quizás, el único aspecto positivo del conflicto entre la FIBA y la Euroliga, que ha demostrado a los aficionados que, más allá de las grandes estrellas del baloncesto español, hay un grupo de profesionales dispuestos a tomar el relevo y ponerle las cosas difíciles a Scariolo.
Y la ventana FIBA también ha vuelto a poner de manifiesto las dotes del técnico italiano para formar equipos y exprimir al máximo las virtudes de todos sus integrantes, sacando lo mejor de cada uno. Podgorica y Burgos fueron testigo de ello.

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