La victoria de los alaveses en el primer partido del "playoff" de la final obliga a los campeones de Europa a igualar, como poco, esa victoria en campo ajeno para después poder ejercer el derecho al factor cancha, conseguido como primero en la Liga regular tras ocho meses de competición, y que el hipotético quinto y definitivo partido vuelva a Madrid.
Real Madrid y Baskonia están demostrando que su presencia en la final es por derecho. Los dos primeros choques han deparado buenos momentos de baloncesto ofensivo, haciendo gala ambos de las muchas armas que poseen.
Los dos equipos han pasado de 90 puntos en los dos partidos y han dejado claro que la especulación no va con ellos. Así las cosas, parece más que posible que la exploración defensiva sea el campo de batalla más coherente en los enfrentamientos en Vitoria.
En el "pim pam pum" ofensivo el Real Madrid se siente cómodo, siempre y cuando su defensa le aporte garantías de estabilidad. El equipo de Pablo Laso se mueve mucho por estados de ánimos, por sensaciones y por rachas. Cuando la defensa funciona, el ataque y los puntos fluyen.
Además de la defensa y, claro, de los rebotes, otro de los puntos importantes en lo que llevamos de serie está siendo el juego interior. La presencia del caboverdiano Edy Tavares está siendo fundamental bajo los aros, no tanto por sus puntos sino por su intimidación.
Y ahí entra de lleno el esguince de tobillo del alemán Johannes Voigtmnann, que se produjo este viernes y que será duda hasta el último momento.
El Real Madrid con Tavares, el mexicano Gustavo Ayón, renacido en el segundo partido, el estadounidense Trey Thompkins, de vuelta a la anotación, y el siempre regular y fiable Felipe Reyes puede encontrar en esta posición el ancla necesario para forjar su juego.
De Anthony Randolph nada se sabe. No está, y de momento, no se le espera. "Hemos apostado por una rotación diferente", dijo Pablo Laso en declaraciones tras el segundo partido para explicar que no saliera ni un segundo. En el primero salió siete minutos con cero puntos.
En el perímetro, y especialmente desde la línea de 6,75 metros, es donde los vitorianos están siendo superiores. Con 25 anotados de 49 lanzados (51%) superan el 21 de 54 del Madrid (39%). Mención especial merece Matt Janning con 6 triples sin fallo en el segundo partido.
Los tiros libres también tienen su importancia -entra dentro de los pequeños detalles que siempre resaltan los técnicos- y el Baskonia vuelve a ganar, 82% por un 73% del Real Madrid.
El domingo (18.30 horas) y el martes (21.00) próximos son las citas inmediatas. Dos victorias para el mismo equipo significarán el título. Una victoria para cada uno, que habrá quinto partido (viernes, 21.00 horas).