El sistema clasificatorio a los campeonatos internacionales para las selecciones de baloncesto instaurado para el Mundial de China 2019, las denominadas 'ventanas FIBA' que incluyeron partidos de selecciones durante la temporada regular con polémica, afrontan un periodo de reflexión tras su primera edición.
Este sistema, instaurado a partir de 2017 con el objetivo de acercar a los equipos nacionales al público haciéndoles protagonistas durante la temporada regular en lugar de solo en verano, dar oportunidad a otros países y mejorar el desarrollo de las federaciones menos poderosas, ha generado muchas controversias.
Entre ellas, ha sido notoria la negativa de la principal competición europea de clubes, la Euroliga, a interrumpir sus jornadas para las 'ventanas' y a ceder a los jugadores de sus clubes, lo que colocó a muchos deportistas en una situación imposible: entre la espada y la pared, su club y su selección.
Tampoco la NBA estadounidense ha cedido a los suyos, algo que se daba por descontado, y de hecho el 'Team USA' ha ganado su clasificación con jugadores de la Liga de Desarrollo americana, aunque el comisionado Adam Silver, bendijo el nuevo sistema, que bajo su punto de vista "ayuda a aumentar la cantidad de jugadores disponibles" y a "crear más interés por las selecciones".
La federación internacional esgrime que los partidos de las selecciones han logrado un éxito de asistencia, con sus datos más altos en los 23.500 espectadores que presenciaron el Filipinas-Australia de la tercera ventana, 14.000 en un China-Hong Kong de la primera y un China-Jordania de la cuarta, 12.183 en un Finlandia-Islandia de la tercera, 11.000 en un Angola-Egipto de la primera o 10.000 en los Uruguay-Estados Unidos y Argentina-Estados Unidos de la quinta y en el Letonia-España de la última ventana.
Sin contar la última ventana, FIBA cuenta 94 llenos absolutos en los recintos donde jugaron las selecciones, y una media de 300.000 espectadores por ventana según los datos de las tres primeras oleadas de encuentros, así como un impacto en redes sociales que hasta diciembre incluía 1.534 millones de aficionados alcanzados.
No obstante, la opinión de jugadores, entrenadores y varias federaciones importantes no es tan positiva como los datos que esgrime FIBA. Tanto jugadores como técnicos manifiestan el exceso de partidos del actual calendario europeo.
"Hay demasiados problemas para los jugadores de la NBA y de la Euroliga. Ahora mismo, no creo que este sea el camino correcto a seguir. Para el próximo ciclo olímpico es mejor cambiarlo y encontrar la manera de combinar mejor los diferentes intereses y tener un calendario más armónico", apuntó el seleccionador de España, el italiano Sergio Scariolo.
Varias federaciones europeas de alto nivel han manifestado su descontento con el sistema, e incluso respecto a las cifras de espectadores ofrecidas también se ha criticado la rentabilidad de los encuentros por las políticas de precios, pese a los 30 millones de euros invertidos por FIBA en gastos, televisión y seguros.
"El antiguo formato era mejor para los jugadores, para los fans y para nosotros, la Federación. Era mucho más beneficioso jugar en verano organizando amistosos. Ahora sólo estamos tirando el dinero alrededor", señaló el presidente de la federación lituana, el exjugador Arvydas Sabonis, el pasado diciembre.
Otro exjugador que ahora preside la federación de su país, el turco Hedo Turkoglu, manifestó en noviembre al diario As que "un día esto debe parar" en referencia a las ventas.
"Entiendo que para ciertos países, es bueno tener baloncesto de selecciones durante el año pero a las grandes federaciones nos afecta: España, Turquía, Francia, Lituania, Serbia. Nuestros mejores jugadores están en Euroliga o en NBA. No pueden jugar en las Ventanas. Nos afecta en la venta de entradas, nos afecta con los patrocinadores", apuntó el presidente de la federación turca.
La posición de la FIBA, dirigida en estos momentos por el nuevo secretario general, el griego Andreas Zagklis, que asumió el cargo tras el fallecimiento del suizo Patrick Baumann, está abierta a modificar en algún sentido las ventanas, aunque no está en el debate eliminarlas, según pudo saber EFE de fuentes cercanas a la FIBA.
Encontrar alguna solución al conflicto con la Euroliga eliminando alguna ventana o modificándola podría estar sobre la mesa, en función también de cómo se desarrolle el calendario de la próxima temporada, en el que la Euroliga incluirá la próxima temporada otros dos equipos y cuatro jornadas más en la fase regular.
La FIBA tendrá su próximo comité central el 30 y 31 de marzo, en la que no se esperan decisiones concretas sobre el sistema, que podrían tener lugar en el siguiente encuentro del organismo durante el Mundial de China (del 31 de agosto al 15 de septiembre).
Ocurra lo que ocurra con este periodo de reflexión, las 'ventanas' para los campeonatos continentales ya están programadas: noviembre de 2019, febrero y noviembre de 2020 y febrero de 2021. La situación entre los rectores del baloncesto europeo marcará si hay más conflicto o comienza el entendimiento.