Inés Morencia,Valladolid, 19 sep (EFE).- Aun se celebra la medalla de oro lograda por la selección española de baloncesto en Pekín (China) y el técnico del equipo, Sergio Scariolo ya está pensando en los Juegos Olímpicos de Tokio, tal y como ha advertido el preparador físico del combinado nacional, el vallisoletano Javier Hernández.,En una entrevista con la Agencia Efe, Hernández Bello ha explicado que ganar el Mundial "ha sido algo increíble e inesperado" porque sabían que el equipo "competía b
Inés Morencia
Valladolid, 19 sep .- Aun se celebra la medalla de oro lograda por la selección española de baloncesto en Pekín (China) y el técnico del equipo, Sergio Scariolo ya está pensando en los Juegos Olímpicos de Tokio, tal y como ha advertido el preparador físico del combinado nacional, el vallisoletano Javier Hernández.
En una entrevista con la Agencia Efe, Hernández Bello ha explicado que ganar el Mundial "ha sido algo increíble e inesperado" porque sabían que el equipo "competía bien", pero ganar el oro ha sido algo "maravilloso", fruto de "un gran trabajo colectivo y de la unión de todos los componentes de la selección".
Su cabeza visible es Scariolo, "un profesional que exige mucho porque trabaja mucho, pero nada de lo que se hace con él es en balde, ya que todo tiene su razón de ser y trata de no dejar nada al azar; eso sí, aunque tiene mucha información, sabe filtrar para hacer llegar a los jugadores lo realmente importante", ha añadido.
Por ello, y a pesar de que el italiano sigue acumulando éxito tras éxito en su trayectoria profesional, "hace días ya que piensa en los Juegos Olímpicos, porque ya ha pedido cosas para ir planificando los entrenamientos" y confía en poder mantenerse a su lado en esta cita para cumplir "el sueño" que persigue cualquier persona vinculada al deporte.
Este profesor, que imparte clases en el colegio de los Padres Dominicos Arcas Reales, en Valladolid, y que además trabaja en la clínica que comparte con su socio y amigo, Nacho Coque, al que ha sustituido como preparador físico de la selección española de baloncesto, tiene los pies en la tierra y grabada la frase "never to high never to low".
Es decir, que está celebrando esta medalla mundial como se merece con el equipo, que fue recibido en loor de multitudes, con sendas recepciones en La Moncloa y en el Palacio de la Zarzuela, pero con la humildad de aquél que sabe que hay que seguir luchando para sumar nuevas metas.
Su llegada al conjunto español absoluto se produjo en junio de 2018 para hacerse cargo de la preparación física durante la fase de clasificación para el Mundial, pero Javier Hernández Bello ya acumulaba a sus espaldas muchos años de trabajo con las categorías inferiores de la Federación Española de Baloncesto.
Por este motivo, pudo reencontrarse con jugadores a los que ya había dirigido en sus etapas iniciales, lo que supuso "una gran ilusión" tanto para ellos como para él y además permitió una adaptación "muy rápida y buena", ya que además su forma de actuar es muy similar a la de su antecesor, Nacho Coque.
En su opinión, el Mundial ha sido como los "exámenes parciales y los finales, que en los primeros estudias lo justo para aprobar y preparar la prueba definitiva, y así la primera fase del campeonato fue más una preparación para llegar en las mejores condiciones al partido contra Italia e ir creciendo".
"Es cierto que no desplegamos el mejor juego en los primeros partidos pero en un Mundial sabes cuándo tienes que estar bien, y había que arriesgar un poco en ese inicio para luego echar el resto en los encuentros que eran decisivos si queríamos llegar lejos", ha detallado.
Una de las claves de este oro mundialista ha sido la intensa defensa del equipo, que ha contado con un elevado nivel técnico y táctico, ya que con las importantes ausencias que había en España, como la de Pau Gasol, Mirotic, Ibaka o Sergio Rodríguez sabían que "no podrían contar con puntos fáciles" y, por tanto, había que mejorar las prestaciones defensivas.
Pero, sin duda, otra de las piezas fundamentales en la consecución de la medalla dorada ha sido la unión del vestuario, que se ha hecho más que evidente dentro y fuera de la cancha para ser "una familia en la que todos tiran para arriba y que disfruta jugando junta".
Y aunque en un equipo nacional "hay roles más importantes que otros, no hay egos, y todos van en la misma dirección y con el mismo objetivo", ha añadido Hernández, quien ha mantenido las pautas físicas que algunos de los jugadores seguían de manera individual "para que el tren siguiera en la misma vía y no descarrilara".
Sabe que el camino hacia Tokio será intenso, pero también bonito, y espera formar parte del mismo junto a Scariolo y el resto del cuerpo técnico, que ya ha comenzado a pensar en esa cita, puesto que todos los equipos se van a reforzar, sobre todo Estados Unidos, tras el varapalo sufrido en el Mundial.
Y, por supuesto, seguirá de cerca la evolución del Carramimbre Valladolid, el equipo de su ciudad -aunque nació en Bilbao-, que cree que "lo va a hacer muy bien esta temporada", al contar con "un gran técnico, como es Hugo López, que se merecía una oportunidad en España con un proyecto desde el principio y que ya tiene mérito por coger el testigo de otro gran técnico como Paco García".