Bilbao Basket colecciona otra derrota a domicilio (77-70)

Nadie dijo que fuera fácil sumar triunfos lejos de Miribilla. RETAbet Bilbao Basket volvió a probar el saber de la derrota a domicilio este sábado en el Martín Carpena, donde ha caído 77-70 ante Unicaja Málaga. La victoria en Tenerife es hasta el momento la única que figura en el casillero como visitantes de los 'MIB', que perdieron también en Zaragoza, llegando a rozar el triunfo en Santiago y Manresa.

Esta tarde no han podido contrarrestar la necesidad del conjunto malagueño en un partido muy físico en el que Unicaja hizo de la defensa su mejor virtud, y en el que de nuevo Bilbao Basket, fiel a su ADN, luchó hasta el final.

Unicaja aguardaba con urgencias a los 'hombres de negro' tras enlazar tres derrotas, contra Real Madrid y Morabanc Andorra en Liga Endesa, y ante Galatasaray en Eurocup. Con poco, los locales lograron ir con ventaja en el marcador durante los tres primeros cuartos. Aunque la ventaja de Unicaja, basada especialmente en el rebote ofensivo y las pérdidas bilbaínas, más que en el acierto, fueron mínimas en los dos primeros actos. El cuadro de Miribilla, de hecho, llegó a ponerse 32-32 a 2:36 para el descanso.

El tercer cuarto destapó las virtudes de los malagueños y los defectos de los MIB. La ventaja local se fue hasta los 10 puntos (49-39). Pero la precipitación de Unicaja permitió a Bilbao Basket estrechar las diferencias antes del último y definitivo cuatro (56-50) gracias a la veteranía de Balvin y de un Rafa Martínez que salió del Carpena (donde no es bien recibido) golpeado y dolorido.

En el último cuarto, Unicaja se distanció de nuevo en el marcador, con un parcial de 10-2 y una diferencia máxima de 15 puntos (72-57). El arreón final de Bilbao Basket hizo soñar con poder acercarse en el luminoso. Rafa Martínez fallaba de tres para poner a Bilbao Basket a tres puntos a un minuto para el final antes de retirarse con un golpe en la cabeza.

Unicaja, con el incisivo Toupane y bien secundado por Jaime sufrió ante un Bilbao Basket que no dio su brazo a torcer hasta la bocina final, pero que se fue de nuevo a casa con el amargor de la derrota.

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