Unicaja puede dar gracias de que vaya a jugar la Copa del Rey por decreto como flamante organizador. Porque de lo contrario, en vista de su involución en el juego y de la maraña de equipos que están peleando por las plazas que 'presten' Real Madrid y Barcelona, el panorama de aquí a febrero hubiera sido aún más desconcertante de lo que es. El equipo sigue mostrando señales muy negativas y en Burgos, además, pecó de falta de actitud. No estuvo, y la historia se ha repetido demasiadas veces este año. Esta vez llegó la sexta derrota en 11 partidos de Liga Endesa (77-60).
El aceptable arranque del primer cuarto, impulsado en parte por el desacierto y la precipitación de San Pablo Burgos, Unicaja dejó de mostrar rápidamente lo que le ha hecho ser competitivo durante algunos tramos del curso. Desde la defensa, hábitat en el que Casimiro quiere hacer crecer a los suyos, no hubo respuesta. Quedó demostrado en las estadísticas al descanso, con San Pablo Burgos capturando hasta siete rebotes ofensivos. Cinco de ellos de Lima, motivadísimo desde el comienzo. Los ataques deslavazados se sucedieron, dejando paso a un exceso de individualismo protagonizado especialmente por Adams, que terminó la primera parte con un decepcionante 1/8 en tiros de campo.
Todo se perdió en un horripilante segundo cuarto, carente de juego y lo más preocupante, de intenciones. Unicaja estuvo mal en todos los sentidos, desde el lanzamiento -especialmente dolorosas las elecciones en el tiro de dos- hasta la lucha por el rebote. San Pablo Burgos encontró su ritmo y con Lima dando segundas oportunidades logró dar un estirón en el marcador que a la postre fue definitivo. Benite y Bassas se auparon al partido y Unicaja tocó fondo llegando al paso por vestuarios 16 puntos abajo (43-27).
Llegaron a ser 19 en el inicio del tercer cuarto tras un potente mate de Tokoto, una de las grandes noticias para la Liga Endesa esta temporada. Puro físico, verle lanzarse hacia el aro impresiona. Lima llegó a su décimo rebote en el partido y Casimiro, aún 16 abajo, pensó en que Rubén Guerrero quizá podría paliarlo. Waczynski no lanzó hasta el ecuador del tercer acto, un síntoma inequívoco de que las ideas en ataque siempre fueron confusas. El carácter corrió a cuenta de Suárez y poco más. El acierto en el tiro, prácticamente también. Todo lo bueno fueron espejismos, tan fantasmales como la actitud del equipo. Con Casimiro llamando a no bajar los brazos en un tiempo muerto desolador -recibió justo después una técnica-, Jaime Fernández cerró el tercer periodo con un triple a tabla desde medio campo (63-47).
Los últimos 10 minutos tornaron en despropósitos de uno y otro lado, con San Pablo deseando ver pasar el crono y Unicaja precipitándose al vacío una y otra vez. Demasiados tiros en el pie para crecer, el equipo está lejos de ser fiable y de estar en la carrera por competir con los mejores. Lima abrochó su enorme actuación bajo los aros (siete puntos y 12 rebotes) y el partido se esfumó cargado de desazón y con una sangría que desembocó en el 77-60 final.
Ficha técnica
San Pablo Burgos: JP Tokoto (9), Earl Clark (5), Bruno Fitipaldo (12), Vitor Benite (13), Augusto Lima (7) -quinteto inicial- Marc García (-), Alex Barrera (3), Javi Vega (-), Miquel Salvó (-), Thad McFadden (9), Ferran Bassas (7) y Oliver Stevic (12).
Unicaja Málaga: Deon Thompson (13), Axel Toupane (3), Josh Adams (8), Frank Elegar (2), Adam Waczynski (-)- quinteto inicial - Jaime Fernández (8), Aleksa Avramovic (-), Alberto Díaz (8),Melvin Ejim (5), Rubén Guerrero (1), Carlos Súarez (10) y Volodymyr Gerun (2).
Árbitros: Luis Miguel Castilla, Francisco Araña y Raúl Zamorano.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 11 de la Liga Endesa celebrado en el Coliseum Burgos ante 9.398 espectadores.