El Unicaja Baloncesto cerrará el 2019 visitando la cancha del Montakit Fuenlabrada, que navega como penúltimo clasificado de la Liga Endesa con sólo cuatro victorias. En las filas de los madrileños se encuentra Francis Alonso, por el que Unicaja apostó el pasado verano firmándole un contrato de tres años después de hacer historia en Greensboro, dentro de la competición universitaria (NCAA). Su crecimiento le llevó a regresar a casa, aunque el Unicaja prefirió dejarle volar en busca de minutos y le buscó una cesión en Fuenlabrada.
El préstamo, de momento, está resultando infructuoso. Y eso que en pretemporada lució de lo lindo, pero fue entonces cuando sufrió un golpe en un tobillo que se le fue complicando con el paso de las semanas. Jugó las dos primeras jornadas -sus únicas comparecencias de la temporada- y desapareció. Se vio obligado a parar y de hecho realizó parte de su recuperación en Málaga, pero las cosas no se han dado como él esperaba después. Para colmo, Fuenlabrada ha firmado algún temporero como Álex Urtasun o Sergi Vidal para paliar las numerosas bajas.
La rotación por fuera está designada para cuatro jugadores muy concretos (Rowland, Richotti, Bellas y Marc García). Entretanto, Unicaja ha firmado a un jugador al alza y de futuro alentador como Darío Brizuela, lo que ha obligado a ceder a Avramovic a Estudiantes. El primero apunta a capital de aquí en adelante, mientras que el segundo, en principio, regresará a Los Guindos. Así, pese a que el Unicaja no le quita ojo a la evolución de Francis Alonso, un jugador de la casa, su futuro es incierto. De momento, se centra en ponerse definitivamente a tono para que su entrenador le dé los minutos que se le han negado hasta ahora.