La Copa del Rey de Málaga se quedó sin su anfitrión, el Unicaja, tras un partidazo de alto ritmo que supuso la venganza del Lenovo Tenerife, que el año anterior perdió una final copera frente a los malagueños y en esta edición ha conseguido eliminar al que fue su verdugo, uno de los grandes favoritos, en un Carpena hasta los topes y con mucho mérito (83-91). Ayudaron la inspiración de un Doornekamp imperial (25 puntos con seis de seis en triples) y el talento de Kyle Guy, que sumó otros 23 tantos para 30 de valoración.
Comenzó la velada con una buena carta de presentación. Una manera de decirle al ambiente que esto es la Copa y estos son dos equipazos que juegan de memoria, uno con más paciencia y circulación de balón hasta encontrar tiradores liberados y otros con el arte de correr, de lo vertiginoso, de lo dinámico como mantra (Unicaja).
En ese toma y dame se vio un precioso duelo de ala-pívots pistoleros: Doornekamp convirtió tres triples sin fallo y tres tiros libres sin inmutarse. Osetkowski, con la confianza por las nubes, empezó con un dos más uno y luego siguió con tres triples. El primer cuarto se terminó en un abrir y cerrar de ojos con 26-26 en el electrónico y un Carpena prendado -y prendido- con el espectáculo.
No conseguían marcharse los tinerfeños por más que lo intentaban por dentro, con Shermadini bajo aro, y por fuera con el acierto triplista de Kyle Guy. El Unicaja, con demasiada tendencia a puntuar desde la línea del 6’75, empezó a recordar que los tiros de dos también valen. Para entonces, el Tenerife ya había abierto una pequeña grieta de separación (38-44), pero el Unicaja es capaz de reengancharse con una fe imparable. En dos minutos le dieron la vuelta a la situación y, con un triple de Djedovic sobre la bocina, marcharon al descanso ganando por 49-45.
La locura de la Copa permite cosas como esta: máxima diferencia para Unicaja (+10), pero un instante después, parcial de 12-0 para los de Vidorreta y nuevo cambio de líder con un Doornekamp infalible desde el exterior (55-57, minuto 24). Esto fue clave en lo anímico para un lado y otro.
Hay talento de sobra libra por libra en cada lado y el Tenerife tenía a dos púgiles con hielo en la venas, Doornekamp y Guy, que sumaban 23 y 18 puntos al término del tercer cuarto. Los isleños supieron incomodar al Unicaja, que no encontraba la manera de jugar fluido y erró tiros que le pusieron un punto por debajo a falta de la traca final.
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PUT IT BACK!¡ANIMAAAAAAAL, ELGIN COOK!
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El cruce de canastas desembocó en un 74-74 a falta de cinco minutos. Con los nervios a flor de piel, el Unicaja se mantuvo en el partido en segundas oportunidades, pero la sociedad Huertas-Shermadini empezó a calibrar y en un momento estelar de la noche, Elgin Cook voló en un rebote ofensivo para un mate a una mano que hizo rugir a todas las Islas Canarias. Fue para el 79-85 a falta de 1:51.
Una canasta de Ejim puso a los locales a rezar, pero un tiro de cinco metros de Kyle Guy terminó por dilapidar las pocas opciones de remontada del Unicaja, que no podrá completar el sueño de levantar la segunda Copa consecutiva.
La maldición del campeón anfitrión seguirá latente un año más y ya van 22. Al Lenovo Tenerife le espera el Barça este sábado (21.00 horas) por un puesto en la final. La Copa, una vez más, mantiene su esencia. No hay favoritos ni guiones escritos.