Un Unicaja vibrante tumba al Barça para seguir siendo líder invicto

El Unicaja sigue imparable y no sabe lo que es perder en la temporada 2024/25. Este domingo logró una victoria de alto prestigio ante el Barça en un partido vibrante para el espectador, que se lo pregunten a los casi 11.000 que acudieron al Martín Carpena. Un festival de baloncesto ofensivo que acabó en un 103-96 favorable a los malagueños, con protagonismo del base Kendrick Perry, autor de 22 puntos y 24 de valoración, y se mantiene líder de la Liga Endesa con cinco victorias y ninguna derrota.

Con cinco triunfos de cinco en Liga y tres de tres en Liga de Campeones (BCL), el Unicaja continúa invicto en la presente temporada y demostró los porqués en su prueba más complicada hasta el momento, con la visita del líder de la Euroliga.

El Unicaja se encontró cómodo en el cuerpo a cuerpo del inicio, con Dylan Osetkowski muy enchufado, obrando siete puntos de los catorce de su equipo en los primeros seis minutos con superioridad de los malagueños (14-8).

El Barça, con Thomas Satoransky llevando la batuta, intentó igualar el ritmo alto que impuso el equipo de Ibon Navarro, que trabajó bien la defensa del poste bajo tanto y mantuvo una pequeña ventaja el término del primer cuarto (24-19).

El Unicaja, sin Tyson Pérez y Alberto Díaz, descartados para el partido de este domingo, tiene la beneficencia de ser una plantilla amplia y llena de variantes, al igual que el Barça, aunque perdió por lesión a una pieza clave como Nico Laprovittola para toda la temporada.

En las rotaciones, no amainaba la intensidad el equipo local, y el Barça pasó a la acción con Kevin Punter de base y Jan Vesely de pívot, para terminar encontrando la vía anotadora de Justin Anderson, autor de trece puntos en el segundo cuarto.

Ni con esas se relajó el Unicaja, que como expresó el técnico croata Veljko Mrsic, probablemente sea “el equipo que hace mejor baloncesto en Europa”, y como pieza esencial aparece siempre el escolta Tyler Kalinoski, un revolucionador de partidos tanto en ataque como en defensa.

La diferencia estaba siendo muy ajustada y el Barça encontró su momento: 47-46 con tres buenos ataques que obligaron a un tiempo muerto a Ibon. Los de Joan Peñarroya cogieron oxígeno para afrontar el descanso de otra manera, perdiendo de un punto.

Punto de inflexión tras el descanso

Lo que sucedió en la vuelta de vestuarios iba a marcar el partido. El Unicaja, puro nervio, llevó el partido a su terreno a base de velocidad, defensa y finalizaciones de dos jugadores capaces de generar tiros desde cualquier situación, Kameron Taylor (19 puntos) y Tyler Kalinoski (otros 19).

Después del huracán cajista, el Barça se vio trece puntos abajo y con la necesidad de una reacción inmediata. La tuvo con seis puntos del excajista Darío Brizuela, en modo microondas, y dos triples de Chimezie Metu (74-71).

El final de partido no podía ser otro, máxima igualdad, duelos muy físicos y especial cuidado con las faltas, porque cada tiro libre iba a contar mucho, y cada defensa en estático también.

Así, en esa situación, llegó un momento clave para el desenlace: una posesión de Unicaja a dos minutos del final, cerrada con un triple de Kendrick Perry delante de Kevin Punter para levantar al pabellón y poner el 93-86.

De ahí, el equipo barcelonés ya no tuvo tiempo de levantarse ni de evitar la segunda derrota consecutiva en liga, después de haber caído también ante el Baskonia en la cuarta jornada.