"Los directivos me quieren aquí y yo también estoy feliz de dirigir a un equipo como los Warriors, por lo que seguiré con ellos por muchos años", declaró Kerr en la emisora de radio "95.7 The Game".
El que fuera jugador de, entre otros, Chicago Bulls, San Antonio Spurs y Portland Trail Blazers mostró su confianza en que las negociaciones por su nuevo contrato "serán muy cortas".
Kerr cumplió el cuarto año del contrato que firmó por cinco y 25 millones de dólares, pero, a la conclusión de las Finales en las que los Warriors derrotaron a Cleveland Cavaliers por 4-0, el dueño de la franquicia californiana, Joe Lacob, dijo que todo estaba listo para firmarle una extensión.
"Todos queremos a Kerr con nosotros y si él desea la continuidad este mismo verano cerraremos una extensión de contrato", adelantó Lacob. "Sus problemas de salud siempre estarán a un lado porque sabe que tendrá nuestro apoyo completo", agregó.
Kerr todavía tiene secuelas de las dos operaciones que sufrió por problemas en su espalda, que le obligaron a ausentarse por largos períodos de tiempo de la competición.
"Todos tenemos muy claro lo que deseamos y no es otra cosa que la continuidad; por lo tanto no tiene ningún sentido perder tiempo en hablar sobre la agencia libre", destacó Kerr.
"Voy a entrenar a los Warriors por un largo tiempo y el acuerdo lo lograremos de forma inmediata y con total discreción para luego centrarnos en lo que realmente es bueno para el equipo", dijo.
Kerr, de 52 años, ha conseguido batir las mejores marcas de la NBA con los Warriors, en las cuatro temporadas que lleva como profesional, jugando cuatro Finales, de las que ganó tres, que han convertido al equipo en una nueva dinastía legendaria, con seis (sumando los dos de la sede de Filadelfia y uno en San Francisco).
Desde que llegó a la NBA, Kerr ha dirigido 328 partidos con los Warriors durante la temporada regular para conseguir marca de 265-63, un 80,8 por ciento; cifra sumada a los 83 partidos dirigidos en playoffs, con una marca de 63-20 (75,9 por ciento).