Una media hora insuficiente
Leo Messi, jugador del FC Barcelona, fue protagonista dentro y fuera del campo, en la previa y durante el partido. El argentino partió desde el banquillo, observó a sus compañeros durante 63' sentado y en dicho instante, a falta de media hora, saltó al verde.
Su salida al verde, sorpresa, tampoco cambió el sentido del partido. El Real Madrid parecía agotado, las líneas altamente separadas y Leo Messi se presentaba en el escenario perfecto para romper a la zaga blanca. No pudo hacerlo.
A pesar de que el segundo entrenador del FC Barcelona aseguró que Messi estaba "al 100%" pero que "lo reservamos por precaución tras un golpe", el partido del argentino evidenció que no estaba al máximo.
Un futbolista capaz de cambiar el signo de cualquier partido, un futbolista que cada lanzamiento desde la frontal es un penalti, ni siquiera levantó la pelota en el libre directo que mejor se situó para su pierna izquierda.
La decisión más difícil de Valverde
Ernesto Valverde, entrenador azulgrana, tenía que tomar este miércoles una de las decisiones más complicadas de la temporada: reservar o no a Messi en las 'semis' de una competición y ante el Real Madrid.
El extremeño, criticado duramente por un sector de la afición por sus errores en alineaciones o decisiones, esta vez pareció acertar.
Messi no estuvo acertado, no completó un buen tramo de partido y agradeció, probablemente, haberse guardado durante más de 60 minutos.
Su equipo salvó el partido y Valverde acertó con su decisión. O al menos eso pareció mostrar el partido de Messi.
