Tú hazle caso al bueno
El balón también era redondo. Recuerdo, hace algunos años, cuando mis tardes consistían -día sí, día también- en contar cada segundo que restaba para ir al entrenamiento. Mi fútbol, el de los chicos de mi pequeño pueblo, el de los jugadores de mi humilde equipo apenas se parecía al del majestuoso FC Barcelona de Quique Setién. El balón también era redondo, eso sí, y los mensajes (casi, casi) también era semejantes.
El que escribe, que no era precisamente Romario, se perfilaba mal, llegaba tarde -como buen central de barro y mikasa- y acertaba poco en el pase. El entrenador - al que nunca le tuve demasiado aprecio-, siempre me decía lo mismo: "Si te presionan, tú hazle caso al bueno, la pelota al bueno siempre, Pepe".
Decía aquél pobre que se empeñaba en ponerme como titular cada fin de semana que tenía cualidades. Las tenía, eso mismo. Pero dejémonos de historias: lo realmente importante es, como de costumbre, el mensaje. El bueno siempre manda.
Hace escasos siete días llegó Quique Setién al banquillo azulgrana con la percha de Cruyff agarrada a su chaqueta. Sonrisa perenne, humildad máxima, foto con un canterano y otra más asistiendo al partido de los chicos. El abecedario del nuevo entrenador culé.
"He tenido la suerte de entrenar con Cruyff, Clemente, Heynckes, Irureta... al final sacas un poco de cada uno de ellos y creas tu ideario. Espero devolver la confianza depositada en mí, es una suerte poder entrenar a Messi, el mejor jugador que nunca he visto en un campo". No, no es Quique Setién hablando del majestuoso exazulgrana, es Ernesto Valverde el pasado 1 de junio de 2017. Teníamos más pelos. El Barça tenía dos títulos menos en LaLiga Santander y algún capítulo menos 'negro'.
Dos años y poco después, la historia es distinta, el estilo es diferente y los pases ahora superan los 1000 por partido. Condenar a Quique Setién tras apenas 90' sería de ineptos, pero advertirlo no sobra: "La pelota, al bueno siempre, Enrique".
Porque sea dos años después u otros tantos más desde que el redactor que firma el artículo se retirase, la historia siempre se repite: el balón sigue siendo redondo y el mensaje se repetirá siempre mientras siga en activo el mejor futbolista del mundo.
Riqui Puig es ilusión, Setién estilo, el gol desaparece sin Suárez... pero el balón, siempre, siempre, siempre, al bueno: a Leo Messi, que es el que sabe hacerlo mejor que nadie. Y el que seguirá desatascando partidos del Barça sea quien sea el entrenador.
El cambio Setién, aún tendrá que esperar.