Un extraño suceso seriéfilo
La segunda temporada le ha sobrado. El ciclo se repite una y otra vez. Como si de la rutina mañanera se tratase: despertador, café, ducha fría y atasco de camino al trabajo. En las plataformas digitales, siempre pasa igual: la temporada que sobra, el capítulo que no aporta. El Bartomeu más seriéfilo.
Hace días, mientras tomábamos cervezas y esperábamos que Aaron Gordon fuese tremendamente robado y estafado, lo comentábamos algunos amigos: ¿Cuántas series tuvieron que decir basta y explotaron su marca hasta estropear la historia? A la mente, rápidamente, se me vinieron varios y conocidos nombres, pero, sería por aquello de lo fría de la birra, no recordé el nombre de Josep María Bartomeu.
Hasta que lo comprendí. Este lunes SER Catalunya anunció que el FC Barcelona contrató los servicios de una empresa para proteger la figura de su presidente y, a su vez, difamar sobre jugadores y candidatos a la presidencia azulgrana. Y la indignación que aún guardaba con el pésimo jurado de mates en el All Star se hizo paz: ahora lo entendía todo.
Llegas a casa, te preguntan y no recuerdas ni qué has comido. El tiempo te ha pasado por encima y no recuerdas ni en qué te paraste en uno de los pocos momentos de oxígeno que tuviste durante la mañana. Pues con Bartomeu pasa igual: te asfixia tanto, te da tantas razones para dejar de creer en su mandato, te da tantas imágenes mentales de las que reírte, que cuando llega el momento casi ni te acuerdas de su figura. Hasta que vuelve a ser portada por otra torpeza de las suyas.
Y será que el presidente del FC Barcelona, que tenía a su equipo líder de LaLiga Santander pero le aburría su fútbol, que necesitaba a un delantero pero prefirió esperar a febrero para tantear hasta al segundo del colista e incluso se ha empeñado en amargar al mejor jugador del mundo, es el más seriéfilo de la sala.
No sé si él recordará, a bote pronto, series que debieron acabar antes de tiempo, pero el que escribe rápidamente recordó que su paso por el FC Barcelona le ha creado un debate interno: no sé si debería haber acabado antes, por todas las desgracias y torpezas que se suman, o esperar a la siguiente trastada, a la siguiente temporada, que promete ser más trepidante y dañina para la entidad.
Un extraño suceso seriéfilo.