Un abrazo que vale más que mil palabras

El Athletic Club ha vuelto y lo ha hecho para quedarse. Desde la llegada al banquillo de Gaizka Garitano los leones han recobrado sus señas de identidad experimentando una notable mejoría en su rendimiento que, lo más importante, se ha traducido en puntos. El equipo rojiblanco ha sumado 17 de los 21 que ha disputado con el técnico de Derio en el banquillo.

La comunión entre plantilla y técnico es evidente. Los futbolistas han hecho suyo el discurso de Garitano y con el respaldo de La Catedral en los momentos más delicados, como el tramo final del encuentro frente al Betis, han devuelto la ilusión a la parroquia rojiblanca. A pesar de que el Athletic no mereció el sufrimiento de esos últimos minutos la expulsión de Oscar de Marcos complicó la victoria.

Pero el equipo y San Mamés respondieron como antaño y el pitido de Estrada Fernández desató la fiesta en las gradas y dio paso a la imagen del partido cuando Garitano, Iker Muniain e Iñaki Williams se fundieron en un intenso y emocionado abrazo que fue el fiel reflejó la unión, la alegría y la descarga de esa gran tensión acumulada a lo largo de los más de noventa minutos. El objetivo se había cumplido.