Kenan Kodro, un delantero que sigue su camino a base de trabajo

Los hijos de futbolistas de renombre siempre tienen que convivir con las comparaciones con sus padres. Esto no suele ser agradable para unos jóvenes que solo buscan seguir su propio camino. Es el caso de Kenan Kodro, un delantero que tiene que cargar con el peso de su apellido, pero esto no le ha impedido labrarse una carrera en el fútbol profesional.

Nació en Donosti, pero su corazón pertenece a Bosnia hasta el punto de denominarse "un bosnio de Donosti". Su relación con la pelota comenzó cuando su padre, Meho Kodro, peloteaba con él tras los partidos del Tenerife. Su afición por este deporte le llevó incluso a saltarse algunas clases en San Sebastián para poder jugar con el balón.

Antiguoko y Real Sociedad, en juveniles, fueron sus primeros equipos. En el conjunto txuriurdin tuvo que convivir con lo que significa el apellido Kodro, puesto que Meho fue toda una leyenda en ese club. Kenan tuvo claro desde el primer momento que quería ser reconocido por sus hechos y no por su apellido, por lo que empezó a lucir su nombre en su camiseta en lugar de "Kodro". "Hasta que no me acerque a él prefiero ser Kenan" explicó en una entrevista concedida a El Diario Vasco. Ambos coincidieron en el filial, cuando Meho Kodro era el entrenador. Fue una etapa complicada y el final de la misma supuso un alivio para los dos.

En 2014 no fue renovado por la Real Sociedad y recaló en el CA Osasuna. Aquello supuso en cierto modo una liberación para el ariete, que necesitaba su espacio para poder madurar y progresar como futbolista. Sus buenas actuaciones ante los rojillos en categorías inferiores tuvieron gran parte de culpa en su fichaje, además de que le permitía estar cerca de su casa, Donosti. En su primera temporada contó con bastantes minutos, pero su explosión llegó en la segunda. Empezó la campaña 2015/2016 lesionando, lo que le permitió llegar al tramo final en plena forma. "Salía al campo y sabía que iba a marcar" admitía el propio Kenan Kodro tras aquel curso. Sus goles le convirtieron en el héroe de Osasuna en el ascenso a LaLiga Santander. Ya en Primera jugó y anotó mucho, firmando siete dianas. Aunque la mejor parte se la llevó en el plano personal, aprendiendo como es jugar en una liga de máximo nivel.

Después firmó por el Mainz, pasando más tarde por Grasshoppers y Copenhague.  Donde más rindió fue en Suiza, con siete dianas en solo 14 apariciones. Estos buenos números fueron los que convencieron al Copenhague a pagar 1,6 millones para llevárselo a Dinamarca. Entre los tres equipos sumo 30 partidos ligueros, 17 como titular y ocho goles. Unas cifras que daban a entender que la progresión que había mostrado en Pamplona se había frenado en seco. 

Fue entonces cuando le llegó la oportunidad de fichar por el Athletic Club y Kenan no se lo pensó. Firmó en enero de 2019 para ser la alternativa en la delantera ante los problemas físicos de Aduriz. Tampoco tuvo un gran protagonismo, pero dejó buenos detalles cuando estuvo sobre el verde, estrenándose como goleador frente al Atlético de Madrid. El comienzo de la nueva temporada no mejoró su situación, aunque las lesiones de sus compañeros le brindaron un hueco que aprovechó anotando el tanto de la victoria ante su Osasuna.

Su fichaje no convenció a la afición del Athletic. Dudaban de su nivel y el estatus de leyenda del eterno rival que tiene su padre tampoco ayudó. Aún así, Kenan Kodro sigue convencido para triunfar como león para seguir con su camino en el fútbol profesional.