Esperpento en Lasesarre o la final interruptus
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Pobre Juan Martínez de Irujo y familia. El esperpento vivído en Lasesarre este sábado con motivo de la final 'interruptus' de la I Euskal Herriko Txapela pasará a la historia de la ignominia futbolística, para verguenza de todos y para sorpresa del exepelotari, que debía entregar la txapela al capitán del conjunto vencedor del Athletic Club o del Deportivo Alavés, pero se fue casa sin tener a quien ponérsela y con cara de 'pero qué ha pasado aquí'.
El final de la final derivó en verdadero sainete. El colegiado de Hernani Palencia Caballero y sus auxiliares, lo nunca visto, decidieron irse del campo a dos minutos del final del tiempo reglamentario, dejando a todos colgados, simple y llanamente porque, más allá de no ser capaces de cortar a tiempo el calentón de algunos futbolistas, como habían advertido tras la primera roja no aguantaban más.
Todo empezó con la expulsión de Alexis Ruano, quien tras decirle de todo al trencilla guipuzcoano en plena cara, encima lo remató con un leve amago de sopapo, más humillante que doloroso; el partido, que de amistoso no tuvo nada, se puso muy tenso, y terminó de explotar con la segunda expulsión, la de Oscar Romero tras una entrada 'de negra' a Saborit en la banda.
Una patada alevosa que generó una tangana, momento en el que el colegiado, a falta de ver el acta, optó ya directamente por marcharse a la francesa con su equipo arbitral mientras protagonistas y espectadores se miraban sorprendidos.
Feisima eh innecesaria la entrada..es futbol,se le caza a el en la siguiente y a correr todos en paz,entra barrerle.. pic.twitter.com/sUnr0Mhl5e
— Iván Fernandez (@el_Ivantxu) 12 de agosto de 2017