El día que el Cádiz tocó la gloria en Chapín
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18 de junio de 2005. En la provincia de Cádiz hacía una de esas tardes de levante, de las que quitan las ganas de ir a la playa e incluso a salir a la calle. El Xerez recibía en la última jornada a un Cádiz que, de ganar, conseguiría ascender a Primera División. Todo se convirtió en un cuento de hadas para los amarillos.
En un duelo de máxima rivalidad, el conjunto xerecista tenía la oportunidad de dejar al Cádiz sin su ansiado regreso a la élite. Más de 8.000 personas recorrieron los poco más de 30 kilómetros que separaban la capital de la localidad jerezana. El día era festivo; de Carranza a Chapín en tren, en coche o en moto si hacía falta. Una caravana amarilla en busca de un sueño.
Porque ni el viento, ni su máximo rival, ni la tensión del momento impidió que Oli, a la media hora de juego, se sacara un zurdazo desde casi 30 metros que se coló por encima de Julio Iglesias. Un golazo que enloqueció a la grada norte de Chapín, inundada de camisetas amarillas. El sueño estaba más cerca.
Y este se acabó por certificar en la segunda mitad. Abraham Paz, experto en la causa, cogió el balón para acercar a su equipo a la gloria. Desde el punto de penalti, anotó el 0-2, cerró la victoria del Cádiz y consiguió que el equipo regresara a Primera División 13 temporadas después. Un once para la historia formado por Armando, Varela, Abraham Paz, De Quinta, Raúl López, Enrique, Fleurquín, Pavoni, Suárez, Sesma y Oli, y dirigido por Víctor Espárrago desde el banquillo.
"Hay que tener cuidado", avisaba el técnico nada más concluir el partido. No le faltaba razón, pues el panorama ha cambiado mucho desde entonces. Tras aquella temporada en la élite, el Cádiz ha jugado tres campañas en Segunda División y siete en Segunda B, un pozo cuya salida se está alargando más de lo previsto.
La masa cadista que aquel 18 de junio invadió Puerta Tierra para recibir a un equipo que ahora se prepara para afrontar una eliminatoria de ascenso a Segunda División. El rival, un viejo conocido como el Hércules. La ilusión, más que nunca, por las nubes.