Un señor equipo que sólo sabe ganar
Si en Córdoba el Cádiz ganó sin hacer un buen partido, contra uno de los mejores equipos de la categoría como es Las Palmas, demostró que está en un momento muy dulce y que está capacitado para dar mucha guerra en lo que queda de temporada.
Decía Cervera que no le importaba reconocer que su equipo juega en función del rival y desde el inicio se vio que el Cádiz presionaba muy arriba para incomodar desde el primer momento a su rival. El partido se estaba jugando justo como quería el entrenador amarillo y eso contra un rival de tanto nivel tenía mucho mérito.
A los diez minutos llegó el primer gol del partido. Un centro de Manu Vallejo terminó dentro de la portería por un mal despeje de Deivid. Todas las llegadas eran cadistas y era el mejor modo de crear dudas a un equipo de venía con un nuevo entrenador por acumular malos resultados.
Las contras del Cádiz eran muy peligrosas y Lekic estuvo muy cerca de conectar con Salvi delante de Raúl. La iniciativa en los siguientes minutos al gol fue de los visitantes y Timor puso a prueba a Cifuentes con un lanzamiento lejano al filo de la media hora. Cuando el balón llegaba a los delanteros canarios había peligro por la calidad de Araujo, Rubén Castro y Rafa Mir.
El partido estaba muy vivo y ahí los amarillos también tenían mucho que decir. Garrido pudo marcar en el minuto 31 tras una buena dejada de Lekic, pero la zaga de Las Palmas rechazó el remate in extremis. La presión cadista seguía siendo asfixiante incluso un rato después del gol.
Las Palmas creaba peligro por la derecha con las subidas de Lemos, pero el Cádiz seguía buscando la portería y Lekic estuvo a punto de marcar en un remate cruzado en el minuto 36. Garrido estaba barriendo muchos balones en el centro del campo y eso le daba muchas opciones al equipo para imponerse a su oponente. En otro robo Salvi centró con mucha intención en el minuto 40 y Lekic estuvo a punto de marcar otra vez.
En los últimos minutos del primer tiempo Álvaro Cervera dio la orden de que el equipo bajara la presión, pero eso no impedía que siguiera atacando. Y así llegó el segundo antes del descanso en una acción en la que Lekic bajó muy el balón, Salvi dio un pase extraordinario a Correa y el centro de éste lo remató Vallejo en boca de gol. Era lo justo después de las ocasiones creadas por los locales en el primer periodo.
En los primeros compases de la segunda parte el escenario era el mismo, con el Cádiz robando con facilidad y creando peligro con buenos centros. Lekic cabeceó alto un gran servicio de Jairo en el minuto 47. Sin embargo, con el paso de los minutos la UD Las Palmas empezaba a descifrar la forma de llegar al área de Cifuentes, algo previsible porque el físico de los locales tenía que bajar y la calidad canaria tenía que aparecer.
Araujo y Tana estaban dando señales de vida, pero el Cádiz sabía defenderse con mucho orden, aunque ya no tenía la chispa del primer tiempo. Lo que sí tenía era la pegada y marcó en el minuto 69 el tercero en un córner rematado inicialmente por Garrido y que mandó Sergio Sánchez a la red con un remate cercano.
Estaba claro que en el último cuarto de hora el equipo insular iba a apretar, pero el Cádiz seguía muy bien situado, ya sin presionar tan arriba pero cerrando las vías de entrada de su contrincante. El que tenía más claro cómo hacer daño era Lemos y fue él quien centró en el minuto 80 para que Peckhart marcara el 3-1.
El tanto no puso nervioso al Cádiz, que tuvo calma para seguir haciendo el mismo trabajo y las tablas para arañar tiempo al reloj en acciones inteligentes. Es le bastó para aguantar en el tramo final e incluso se permitió un golazo de Salvi que definió el partido del equipo: pelea y calidad. Así se puede soñar con todo.
