El coraje le da un punto meritorio al Cádiz
El Cádiz sacó un meritorio punto contra el Mallorca en un partido accidentado en el que terminó con nueve hombres. Durante muchos minutos fue inferior a los baleares, pero a base de coraje empató en el tramo final.
En los primeros minutos el dominio era del Mallorca. Al Cádiz le costaba tener el balón en su poder, aunque sí apuntaba su intención de hacer daño a la contra. El equipo de Vicente Moreno estaba aleccionado para no cometer errores que costaron caros y, además, demostraba tener recursos y personalidad para llevar el mando.
En el primer cuarto de hora no se había visto ninguna oportunidad ni acciones dignas de ser contadas. Todo era muy táctico y aburrido para el espectador. Las sensaciones no eran buenas porque el partido estaba más donde le gustaba al Mallorca, aunque ya se sabe que el Cádiz es capaz de darle un picotazo a su rival en cualquier momento.
Pero era el Mallorca quien daba mayor sensación de peligro. A los 27 minutos se plantó Lago Junior en el área cadista y tenía que emplearse a fondo la defensa, más insegura de lo habitual. Manu Vallejo reclamó un penalti a la media hora, pero el que dio primero fue el Mallorca con un gol de Stoichkov a los 36 minutos. Lago Junior le ganó la espaldas a la defensa, puso el balón atrás y el delantero de San Roque hizo el 0-1 con un buen disparo cruzado.
Fue un minuto horrible porque, acto seguido, Jairo fue expulsado por una absurda acción en la que dio un manotazo a Sastre. Era el remate para un pésimo primer tiempo de los amarillos, muy alejados del nivel mínimo que exige Álvaro Cervera.
La cosa pintaba mal, pero la actitud cambió en el inicio de la segunda mitad. Cervera metió en el campo a Aketxe por Correa en busca de su pegada. Había una mejor predisposición para cambiar el partido, pero tras el acoso inicial las fuerzas se fueron igualando porque el Cádiz no tenía el balón y, de hecho, la primera ocasión fue del equipo balear con un gran disparo de Baba que obligó a Cifuentes a hacer una buena intervención.
El equipo seguía muy impreciso y no parecía sencilla la empresa de puntuar contra un rival muy bien plantado y que tenía un futbolista más, pero había que confiar en el empuje de los locales. El Mallorca se encomendaba a Salva Sevilla, que ya en el partido de la primera vuelta fue decisivo con su control del juego.
Cuando quedaban poco más de 20 minutos Cervera metía a Perea por Brian y el equipo jugaba sin laterales: eran Salvi y Aketxe los hombres que tenían toda la banda para ellos. Había llegadas al área, pero el equipo no estaba siendo capaz de crear ocasiones claras y así era imposible.
Para cambiar esa dinámica entraba Dani Romera en el minuto 75 en lugar de Lekic, pero enfrente estaba un equipo experto que aprovechaba la mínima ocasión para perder tiempo y para cortar el ritmo de los amarillos.
El acoso fue en aumento en los últimos minutos. Incluso con uno menos era capaz de meter al Mallorca en su área y en un córner empató Garrido en una acción en la que el portero balear pidió falta, pero no lo fue. Había que ir a por el segundo porque quedaba tiempo, pero la expulsión de Marcos Mauro por una dura entrada en el centro del campo lo terminó de complicar todo. Al final hay que dar por bueno un punto muy sufrido.
