El líder sufre, pero prolonga su éxtasis

Estaba claro que ganar en Málaga no iba a ser sencillo por muchas bajas que tuviera acumuladas. Y se demostró en un partido que se le hizo muy largo al Cádiz CF a pesar de llevar un 0-2. Lo importante es que ganó de nuevo gracias a los tantos de Lozano y de Caye Quintana y sigue una velocidad que nadie puede igualar.

Después de una semana convulsa por la petición del Málaga de aplazar el partido, el Cádiz se plantó en La Rosaleda con dos delanteros, con Álex Fernández metido en el doble pivote y con la actitud de siempre. El Choco Lozano estuvo cerca de adelantar a los amarillos en el minuto 5 después de un centro de Salvi, pero su cabezazo se encontró con el portero del Málaga.

El equipo de Cervera estaba bien situado y cada vez que robaba el balón salía con cierta facilidad y encontrando espacios en la medular malaguista. Parecía un día más en la oficina porque la posesión era del rival, pero al Cádiz se le veía cómodo en el campo desde el inicio.

No había ocasiones ni pasaban cosas, justo el escenario que le gusta al entrenador cadista sobre todo en las primeras partes. La sensación de peligro la creaba el Cádiz cada vez que era capaz de montar una contra, aunque en general el balón le duraba muy poco y casi siempre iba de la defensa a la delantera, sin pasar por la medular.

A la media hora se produjo una acción con polémica porque marcó el Cádiz después de una gran internada de Salvi por la derecha. Tras ser revisada la jugada, finalmente se dio por válido el tanto de Lozano, pero también intervino Nano Mesa y eso provocó una confusión que quedó en nada.

El Cádiz se había puesto por delante a su manera, aprovechando al máximo sus armas y había que aguantar la reacción malaguista hasta el descanso. El rival había llegado con problemas al partido y verse por debajo en el marcador era un palo fuerte porque hasta ese momento no estaba siendo inferior al líder. A los locales se les veía muy tocados y la primera parte concluyó con la impresión de que se había cumplido casi al ciento por ciento el guión elaborado por Álvaro Cervera.

En el inicio de la segunda parte el Málaga empezó a apretar y hacía daño Cifu apareciendo por sorpresa. El balón estaba en el área cadista más de lo que sería recomendable y Sadiku se encontraba con alguna ocasión, aunque se mostraba desacertado. Al Cádiz se le veía algo distraído y eso le daba vida a un rival que ya no tenía nada que perder y que se iba con todo arriba.

Keko también inquietaba por la derecha y había una sensación de peligro continuado, algo que en el primer periodo no se había visto. El equipo sufría porque el Málaga ya encontraba soluciones para llegar y Antoñín, que acababa de entrar, rozó el empate en el minuto 63.

Cervera veía que el equipo ofrecía fisuras y daba entrada a Edu Ramos para tener más músculo y mejor posicionamiento para frenar a su oponente. Quedaban unos 20 minutos y había que sufrir porque la renta era corta, pero todo cambió con una jugada excepcional de Caye Quintana. El delantero llevaba pocos minutos en el campo y se inventó una acción de enorme categoría para marcar el segundo después de driblar al portero.

Parecía que todo estaba hecho, pero en el fútbol no hay sitio para la relajación y Antoñín marcó de cabeza cuando quedaban seis minutos más la prolongación. La fortuna se alió después con el Cádiz porque un latigazo de Keko desde fuera del área impactó en el larguero. Los amarillos estaban metidos muy atrás y el Málaga estaba lanzado en busca del empate.

Los minutos finales fueron de enorme nerviosismo porque se podía escapar una victoria que parecía casi en el zurrón cadista por unos momentos de desaplicación. Keko tuvo el empate, pero el remate se fue arriba y el Cádiz sacó tres de oro puro.