Juan Carlos rompe el sueño
El Cádiz no estará jamás más cerca de superar a un Primera. Aunque se puso 0-2 muy pronto el Villarreal, los de Marcelino sufrieron de lo lindo acabando con nueve jugadores en el campo. Una justa expulsión de Marín y la lesión de Israel Puerto con los tres cambios hechos, hicieron soñar a los cadistas. La sensacional actuación del guardameta Juan Carlos, y la veteranía mostrada jugando con dos líneas de cuatro, aguantaron la ventaja para la vuelta.
Comenzaron con muchas ganas la primera parte, intentaron llevar incluso el control del balón, pero la calidad del Villarreal y su velocidad arriba se convertían en el principal peligro. La defensa cadista se mostraba poco contundente, y gracias a eso a los 16 minutos un fallo de la zaga permitía a Gerard culminar una acción personal para poner el 0-1. Apenas sin tiempo para reaccionar, una pérdida dentro del área ponía el 0-2 sólo cuatro minutos después.
Ponerse por detrás claramente en el marcador quitaba toda la presión al Cádiz y hacía relajarse al equipo de Marcelino. Los amarillos llegaron a trenzar hasta alguna jugada de tiralíneas, y comenzaron a llevar peligro a balón parado con un par de remates que no encontraron por muy poco la portería defendida por Juan Carlos.
Claudio insuflo motivación a los suyos en el descanso, que salieron en avalancha llevados en volandas por la grada. Tras dos accciones de peligro llegó un córner rematado por Arregi que acortaba distancias en el minuto 46. Con el Villarreal noqueado, Fran Machado tuvo dos minutos después una clarísima acción cuyo lanzamiento frontal hizo lucirse al meta del Villarreal. Con ventaja mínima en el marcador, el submarino de Primera se quedaba con uno menos por una dura entrada de Marín a Kike López que le mandó a la caseta con roja directa, a partir de ahí el submarino de Segunda B empezó a creer que el empate era posible. El entrenador también, y metió a todo su arsenal en el campo: Jona, Villar y Espinosa. Todos los posibles jugadores ofensivos, con creación y gol, encerraron al Villarreal en su campo. Ni la entrada de Uche enchufó a los de Marcelino que estaban completamente desenchufados.
Parecía ponerse el camino completamente llano para el Cádiz cuando Israel Puerto caía lesionado a falta de quince minutos. El Villarreal con ocho, con dos líneas de cuatro defendiendo como podían las acometidas rivales y defendiéndose como gato panza arriba. Los centros se convirtieron en habituales y los remates encontraban una y hora vez a Juan Carlos como único impedimento para el empate. La grada acabó cantando 'ese equipo no es de Primera', porque perdían tiempo constantemente para que el cronometro pasara sin males mayores.
Ni los cinco minutos de alargue sirvieron para que llegara la igualada. El Cádiz cae con la cabeza alta, pero habiendo dejado escapar vivo a un Primera que se vio contra las cuerdas.
