Caye Quintana: un goleador amante del Carnaval gaditano

En la nómina de delanteros del Cádiz se encuentra uno que procede de Isla Cristina. Cuando nació ya se habían disputado los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Ahora, con 25 años, ha cumplido el sueño de asentarse en la elite del fútbol y no quiere dejar pasar esta oportunidad.

Caye Quintana ya ha pasado por varios equipos a pesar de su juventud y eso de vivir fuera de casa curte a cualquiera. Empezó desde muy pequeño a jugar al fútbol, aunque fue en la categoría de juvenil cuando empezó a darse cuenta de que realmente podía vivir de esto. Tras jugar en el primer equipo del Recreativo ha pasado por Valladolid, Santander, Mallorca y Jumilla hasta llegar a Cádiz, pasando de nuevo por Huelva.

Con su hermano Antonio jugaba todo el día de pequeño sin pensar en que llegaría a ser futbolista. No se imaginaba que el destino le tenía reservada la sorpresa de que viviría muy de cerca el Carnaval de Cádiz, una de sus grandes pasiones. Es aficionado a tocar la guitarra y se reconoce un seguidor de la comparsa de Martínez Ares y del cuarteto del Morera, por lo que es probable que se le vea en el Teatro Falla en el COAC, como hacen muchos de sus compañeros y el propio Álvaro Cervera. En Isla Cristina, tierra de una gran tradición carnavalera, salió en varias comparsas antes de dedicarse profesionalmente al arte del balón.

Ahora se centra en disfrutar de la confianza que ha depositado el Cádiz en él después del temporadón que hizo con el Recreativo la temporada pasada. Intenta devolverla en el campo con golazos como el que marcó en La Rosaleda. Sus buenas actuaciones se merecerían más minutos, pero por el momento le toca esperar después de haber dejado muy buenas sensaciones en el inicio del campeonato.

Los que lo conocen bien destacan que su trabajo no acaba cuando se marcha de los entrenamientos. Aseguran que en casa sigue cuidándose al máximo y que el tiempo libre lo dedica a su familia, a ver documentales y alguna serie de Netflix.

Atrás quedaron esos duros momentos de la pasada campaña, cuando estuvo tres meses sin cobrar y duchándose con botellas de agua caliente por los problemas económicos del Recreativo. La constancia ha tenido su premio y son muchos los aficionados del Cádiz que se alegrarán especialmente de sus éxitos por ser un jugador cercano y que ha llegado con el hambre de triunfos que necesita cualquier equipo para llegar a lo más alto.