La reflexión de Vera Luque ante el pesimismo de algunos cadistas

Si el miércoles conocíamos la reacción de Pepe Mejías por al pesimismo existente entre muchos cadistas por los últimos resultados del equipo, ahora ha sido el carnavalero José Antonio Vera Luque el que ha dado su opinión al respecto. En un post, analiza desde su punto de vista por qué algunos aficionados le están dando la espalda al Cádiz en un momento que puede ser crucial.

"El aburguesamiento, o el síndrome del nuevo rico: ese cambio de actitud del porehito cuando alcanza una posición privilegiada en la disciplina que sea. Se cree ya de la élite porque no quiere acordarse de la época alcantarillera. Por eso piensa y confía que en su nueva etapa de millonetti todo le será más fácil, más asequible. Porque se cree élite, y aunque lo sea, no entiende que lo difícil no es llegar… sino mantenerse. Más todavía que llegar. Mucho más, te lo digo yo".

"En una temporada excelente, la mejor en muchos años, el Cádiz llega en puestos de ascenso directo a la jornada 37, y con cierta ventaja con sus perseguidores inmediatos, que a estas alturas sólo son dos…o tres. En cualquier caso de empate entre ellos, el Cádiz se lleva al huerto a sus rivales. Es el equipo que ha jugado más tiempo en inferioridad, junto al colista. De hecho, en algunos partidos jugó con uno menos desde la mitad del primer tiempo".

"Mientras que sus rivales directos, en esta extraña minicompetición en formato .zip que llega tras el confinamiento, han salido beneficiados en tiempos de descanso entre partido y partido, el equipo amarillo dispone casi de un día para viajar, uno para entrenar y otro para jugar durante seis partidos seguidos, ritmo totalmente insoportable para futbolistas que vienen de tres meses de inactividad".

"Si añadimos ciertas bajas importantes y ciertas borracheras de barra de VAR poco entendibles, nos encontramos un equipo jabato, inasequible, duro y con dos cojones como el caballo del Espartero, puesto que ahí sigue, en el sitio donde el resto de 21 equipos de la categoría quisieran estar con los ojos cerrados. No ni ná. A todo esto, siendo el octavo o el noveno equipo en la clasificación del parné. Es pa estar muy contento. Y orgullosos".

"Pero de buenas a primeras, (ojalá a primera) nos pensamos que por el simple hecho de ocupar esa plaza, estamos obligados a ser el Brasil del 70. A jugar como dioses, a marcar goles como churros y a ventilar el torneo por la vía rápida. La vuelta al cole está siendo dura, y ya parece que hemos olvidado que somos el Cádiz, con lo que ello supone. Los cardiólogos de pago siempre hicieron el agosto con este equipo, y ahora no va a ser menos. “Parece que no quieren ascender”…dicen. Pregúntenle uno por uno, a ver si quieren o no. ¿Lo dudáis de verdad?".

"Y para contraejemplo del ultrapesimismo de junio, tan inútil como el ultraoptimismo de noviembre, un botón reciente: Hace cuatro años, el Cádiz comenzaba en casa un play-off desde la desesperanza de haber quedado cuartos en la liga regular de Segunda B. Algún Rappel del Campo del Cura llegó a decir que más valía no jugarlo porque íbamos a hacer el ridículo. Los dos últimos meses de competición fueron criminales, y si jugamos el PlayOff fue más por los fallos de los demás, que por los aciertos nuestros. Empezamos en casa ante el Ferrol, empatando a cero. Seguramente alguno de los que llaman al timbre cuando se gana y se despiden a la inglesa cuando se pierde, ni se puso a ver el partido de vuelta. Ganamos. Y un mes más tarde éramos de Segunda A. Si quieren más ejemplos de filigranas amarillas, busquen Elche en el 81 o las salvaciones de los 80 y los 90(especialmente la temporada 90/91). El fútbol es así, amigos. Parece mentira que no lo sepamos todavía".

"Así que a estas alturas, vosotros veréis. Yo tengo claro que no me bajo del tren. No me bajé en un Cádiz-Guadix con 3000 personas en Carranza en el pre-velatorio de la entidad (decían que tras ese partido el club desaparecería), ni me bajé en el chaparrón del Arroyo. Ahora menos. Y si ayer se jugó regular, el sábado jugamos mejor y al lío. Somos el Cádiz, y aquí no se rinde ni Dios, qué carajo".