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Froome y Contador, los más fuertes, mantienen pulso desigual

La crisis que vivió Alberto Contador (Trek Segafredo) en Andorra la Vella, que le hizo dejarse más de tres minutos sobre el líder Chris Froome (Sky), está provocando que el equilibrio de fuerzas que están mostrando hasta ahora se viva como un pulso desigual en esta 72 Vuelta a España.José Luis Sorolla,
Desde la llegada al Principado de Andorra en la tercera jornada, el madrileño es el único que ha sido capaz de mantenerse a la misma distancia del británico de origen keniano. El resto han ido cediendo terreno.
Uno y otro se respetan y se temen a partes iguales. Froome es consciente de que el madrileño fue el principal responsable de que en 2016 le hiciese fracasar en su sueño de ganar la Vuelta y no está dispuesto a que pueda volver a repetirse. Sabe que su rival en cualquier momento puede dar un giro completo al desarrollo de los acontecimientos, como hizo el año pasado camino de Formigal en favor del colombiano Nairo Quintana (Movistar).
Tal y como están las cosas, con el madrileño a 3:10 del liderato pero remontando posiciones en la clasificación, los intereses de ambos coinciden y pueden convertirse durante algún tiempo en aliados necesarios, a la espera de que en el recorrido de este viaje, en el que faltan por completar trece jornadas, pueda surgir la oportunidad de noquear al rival.
Tras consolidar su liderato, Froome ha dejado claro que cada uno va a defender sus intereses y mientras hace unos días, en la sexta etapa en el alto del Garbí no colaboró con el madrileño hoy han intercambiado los papeles. A pesar de esas diferencias tácticas, se ha mostrado convencido de que en algún momento sus respectivos intereses pueden llegar a coincidir porque "habrá más de una situación que nos obligará a hacerlo" y trabajarán al unísono.
El resto de los perseguidores que se encuentran en los quince primeros puestos de la clasificación, de entre los que salvo sorpresa mayúscula debe encontrarse el vencedor final en Madrid el próximo 10 de septiembre, todos han cedido tiempo.
Froome se vistió de rojo entre las montañas andorranas y desde aquel momento, con su actuación y la de sus gregarios, ha dejado meridianamente claro que si sus rivales no le obligan a quitárselo, lo va a defender con uñas y dientes.
El férreo control que ha ejercido el Sky desde el pasado lunes, consintiendo escapadas, dejando que algunos hombres como el holandés Jetse Bol (Manzana Postobón) por dos veces haya sido líder virtual o el portugués Nelson Oliveira (Movistar), así lo ha confirmado.
Los intercambios de mensajes y recaditos entre unos y otros han dejado entrever que querían trasladar la presión al rival, a la espera de disponer de una buena oportunidad para tratar de incrementar la ventaja el británico, o de acercarse el resto.
Alberto Contador, en estos intercambios de dardos, ha sido el más acertado en su análisis al anticipar antes del comienzo de esta octava etapa que "Froome necesita atacar" porque la ventaja que tenía hasta ahora era muy corta y no iba a poder fiarlo todo a la contrarreloj de la última semana en tierras navarras y riojanas.
"Froome dice que no es día para sacar diferencias, pero si puede lo hará, ya que sabe que luego cualquier percance le puede quitar opciones", ha manifestado clarividente el pinteño. Tal cual se ha cumplido.
En el podio de Cuenca, tras recoger su quinto jersey rojo de esta edición, el británico trataba de despistar diciendo que consideraba que la situación de carrera la tenían controlada y por eso "no necesitamos atacar". La realidad ha sido otra. Las piernas "me han respondido", ha aclarado al final de la etapa, y en las duras rampas de la cima de la sierra del Maigmó no ha dudado en ponerse a su máximo rendimiento en vatios para soltar a todos sus rivales, salvo Contador.
Otro dato que confirma que Froome no se encontraba completamente tranquilo, con los escasos once o trece segundos que tenía antes de Xorret de Catí sobre el colombiano Esteban Chaves (Orica Scott) y el irlandés Nicolas Roche (BMC), es que ha centrado su objetivo en su intención de "ir incrementando poco a poco la diferencia" con sus máximos rivales.
Todavía le queda por afrontar la ascensión a la también alicantina Cumbre del Sol antes del primer día de descanso, pero de momento Chaves se encuentra a una distancia tan lejana como lo estaban el pasado mes de julio, en su cuarto Tour de Francia victorioso, el francés Romain Bardet (AG2R) y el colombiano Rigoberto Urán (Cannondale), antes de sentenciarlo el penúltimo día en la contrarreloj de Marsella.
Froome aspira a conservar el rojo hasta el último día y Contador, en plena remontada pero sin saber hasta dónde va a ser capaz de llegar, prefiere mantener su apuesta a corto plazo e ir "día a día", aunque sin descartar por intentar hacerse con un triunfo parcial e incluso llegar hasta el podio.
La Vuelta ni siquiera ha llegado a su ecuador y lo más duro y difícil está por llegar.

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