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Julian Alaphilippe se impone en la primera etapa alpina

Alaphilippe tras vencer la etapa.
ElDesmarque - EFE

Ambición, fuerza y clase fueron las armas para la exhibición del francés Julian Alaphilippe (Quick Step), ganador en solitario de la décima etapa del Tour de Francia disputada entre Annecy y Le Grand-Bornand, de 158,5 kilómetros, la primera cita de los Alpes de la que salió reforzado el líder belga Greg Van Avermaet (BMC).

Alaphilippe, de 26 años, el corredor que batió a Valverde en la Flecha Valona, estrenó su palmarés en el Tour a lo grande: se metió en la fuga buena, atacó en el penúltimo puerto y vivió la fiesta en solitario con tiempo para el jolgorio. Eufórico, marcó en meta un tiempo de 4h,25.27.

El ciclista de Saint Amand Montrond, nuevo líder de la montaña, firmó la victoria número 50 de la temporada con un adelanto de 1.34 sobre el español Jon Izagirre (Bahrain) y de 1.40 respecto al estonio Rein Taaramae (Direct Energie). Detrás llegaba Van Avermaet, bravo en la defensa del liderato.

Los favoritos cumplieron el trámite sin problemas. Pacto de no agresión con el cuerpo molido por los adoquines de Roubaix y juntos en meta a 3.23. El colombiano Rigoberto Urán sufrió su calvario particular dejándose 5.59 en meta.

No alteró el decorado la primera cita alpina. Avermaet afrontará de amarillo la primera prueba con final en alto en La Rosiere. Geraint Thomas (Sky) le sigue a 2.22 y Alejandro Valverde (Movistar) salta a la tercera plaza a 3.10. El resto de favoritos, en sus marcas, todos en un pañuelo de un minuto.

La entrada en los Alpes, tan esperada por los aspirantes, ofrecía cinco puertos, un tramo de tierra y la última cima a 14 de meta con un descenso para poner a prueba a los valientes. Desde Annecy, donde Contador ganó la crono de 2009, su último año triunfal, hasta Le Grand Bornand, el escenario era propicio para la batalla.

De entrada susto en la marcha neutralizada con Landa por los suelos. Nervios ante el comienzo real del Tour, solo 24 horas después del martirio del pavé. Mucho vendaje y heridas al aire como rastros de la batalla junto al lago de Annecy, una postal por sí mismo.

La escapada del día no fue ninguna broma. Ya no se trataba de anónimos de equipos invitados en busca de cámara. Se metieron 21 corredores. Iba el maillot amarillo Van Avermaet, el triple campeón del mundo Peter Sagan, el ilustre Gilbert, el ganador de la Flecha Valona Julian Alaphilipe y el español Jon Izagirre.

Mucho nombre y calidad de sobra con toda la etapa por delante. Sky dejo claro que la persecución la iba a dirigir el grupo de Froome. Y dejó hacer.

Alaphilippe coronó en cabeza la Cota de Bluffy y su compatriota Molard la Croix Fry (1a, 11,3 kms al 7). El grupo de cabeza, que iba perdiendo y recuperando unidades, afrontó el inédito Plateau des Glières (Especial, 6km al 11,2%) manteniendo las diferencias respecto a un grupo de favoritos donde nadie tomaba cartas en el asunto.

Más de 30 años después, el Tour pasaba por un tramo de tierra, donde se exhibió el corredor galo, como ya lo hizo en su cima en 2013 con una victoria de etapa en el Tour del Porvenir. Un paraje inédito, escenario de la Segunda Guerra Mundial utilizado por la resistencia francesa para el contrabando de armas.

Alaphilippe quería que fuese su gran día y así se lo planteó. En el Col de Romme (1ª, 8,8 kms al 8,9%) se marchó faltando 500 metros para la cima tras echar abajo un intento del estonio Taaramae.

Las diferencias ya eran significativas. El grupo del líder perseguía a 2 minutos subiendo el último escollo, el Col de la Colombière (1ª, 7,5km al 8,5%), y el grupo de élite de la mano a casi 6 minutos. Jonathan Castroviejo marcaba el ritmo en la interminable fila de corredores del Sky.

Última cima. Alaphilippe cruzó con 1.26 sobre el español Jon Izagirre, y a volar 14 kilómetros cuesta abajo. Sin novedad entre los "gallos". Ningún ataque, todos a ritmo en buena armonía. Una calma que solo rompió Daniel Martin con un ataque autorizado. Todos a 4.45 en el alto.

La bajada fue triunfal para Alaphilippe, valiente y convencido de que le llegaba un momento inolvidable. Nadie pudo impedir su bautizo en el Tour. Se le escapó la etapa del Muro de Brataña, pero esta vez no perdonó. El ganador de la Flecha Valona, un "Valverde francés", estrenó además el casillero francés.

Esta temporada ya se lució con 5 triunfos, 2 de ellos en el País Vasco. En 2017 ya se dio a conocer en la Vuelta con triunfo en Xorret de Catí, y sueña con grandes clásicas, como la Lieja o la Milán San Remo. De momento, este corredor que brilló en el ciclocross con 2 títulos nacionales, ya es un hombre a respetar. Que se lo pregunten a Valverde.

Este miércoles la undécima etapa llevará al pelotón de Albertville a La Rosière con un recorrido de 108,5 kilómetros.

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