La ciudad australiana de Wollongong, a 80 kilómetros de Sidney, acoge estos días el Mundial de ciclismo en ruta de la Unión Ciclista Internacional. Una localización muy lejana para el núcleo principal del ciclismo que, tradicionalmente, se encuentra en Europa. Eso ha hecho que muchos ciclistas decidan no desplazarse al país oceánico para luchar por el maillot arcoíris que se lleva el ganador de la prueba y quedarse en Europa descansando para las pruebas de final de temporada.
Entre los ciclistas que han decidido no viajar, se encuentran grandes candidatos al título como el danés Mads Pedersen: “Tengo una familia y una vida como para ir ahora a Australia”. Los 15.000km de distancia también afectan al coste de los viajes que, para esta competición, asumen las federaciones nacionales de cada país. El ciclismo es un deporte donde la mayoría del presupuesto se encuentra en los equipos y las selecciones cuentan con unos recursos muchos más limitados para todos los gastos, sobre todo, para movimientos de este tipo. Por ello, la federación francesa de ciclismo ha decidido tomar una decisión que ha conllevado una gran polémica.
Ante los elevados gastos, Francia decidió que solo su equipo masculino viajaría en clase business (los asientos más cómodos y caros) y que el equipo femenino se sentara en los modestos asientos de la clase ‘Eco’, de bajo coste. Aunque el traslado se realizara en el mismo avión y con las mismas horas de vuelo, la diferenciación de los dos equipos elite del ciclismo francés ha provocado la indignación del ciclismo femenino.
Ante la consulta realizada por ElDesmarque, la federación francesa de ciclismo confirma la veracidad de la decisión, que fue difundida por Ouest France, y se remite al comunicado remitido a los medios franceses en las últimas horas para intentar trasladar una explicación: “Fue una elección asertiva por motivos económicos. Hubo que tomar decisiones. La categoría masculina defenderá su título este año, una vez más en manos de Alaphilippe. Dado que este viaje es muy grande y tiene un coste muy elevado, si queríamos llevar a todos, teníamos que tomar decisiones. Si todos hubieran viajado en business, otros se habrían tenido que quedar en casa, como las categorías inferiores. Si el Mundial fuese de Mountain Bike, las mujeres irían en business y los hombres, no”.
El vigente campeón mundial, Julien Alaphilippe, ha sido uno de los beneficiados de este viaje en primera clase y buscará el próximo domingo retener su maillot arcoíris por tercera vez consecutiva, tras los títulos logrados en 2020 y 2021. En cambio, otro de los grandes nombres del ciclismo francés, la cuarta en el Tour de Francia y la TOP10 en La Vuelta femenina, Juliette Labous, tuvo que viajar en bajo coste.
Una de las opciones que se ha dado en las últimas horas y que hubiera evitado la polémica sexista de la decisión, hubiese sido hacer la división entre los ciclistas con opciones de victoria y no entre hombres y mujeres. Es decir, que los 2-3 grandes nombres del equipo masculino y femenino hubiesen podido viajar en los mejores asientos y el resto, en la clase turista.
Lo cierto es que la disputa del Mundial de ciclismo se celebrará el próximo domingo, una semana después de que los diferentes combinados nacionales realizaran el largo viaje, que supera las 15 horas de duración, por lo que los detalles de diferencia entre una y otra opción pueden ser muy reducidos. Tras la polémica en el país vecino, podemos confirmar que la selección española , que también voló desde España el pasado viernes, viajó completa en la misma clase, sin diferenciación por sexos, ya que ninguno viajó en clase business.