Herido en su orgullo, tocado, pero no hundido, el esloveno Tadej Pogacar (UAE) asestó un particular golpe en la última etapa de montaña imponiéndose en la vigésima jornada disputada entre Belfort y Le Markstein, de 133 km, en la que se proclamó virtual ganador del Tour el danés Jonas Vingegaard y el español Carlos Rodríguez perdió la cuarta plaza.
Era la última prueba de montaña para diversos intereses, desde puestos en la general a aspectos de honor personal. Tadej Pogacar se apuntó la segunda victoria en la presente edición. Fue el más rápido en un reducido esprint y batió a Felix Gall, Vingegaard y los hermanos Simon y Adam Yates. El quinteto de cabeza con un tiempo de 3h.27.18, a una media de 38,6 km/hora.
Pogacar rompió el aire de un puñetazo, gesto de rabia, de tensión contenida. Se despidió del Tour con su etapa número 11. A su rueda Jonas Vingegaard, quien cruzó la línea como ganador virtual del Tour, sin celebraciones, pero con su segundo titulo consecutivo en el bolsillo.
En ese grupo estaba el que subirá al podio como tercero, el británico Adam Yates, y su hermano Simon cuarto. Carlos Rodríguez, herido por una caída, perdió en meta 52 segundos y será quinto en el año de su debut en el Tour. Su compatriota Pello Bilbao ocupará una meritoria sexta plaza.
La última etapa de montaña y competitiva del Tour entró en los Vosgos con mucho brío. El pelotón salió de Belfort a toda mecha y con muchos proyectos de escapada que fueron controlados. Seis puertos para un recorrido corto, pero explosivo.
De inicio, y con las piernas aún frías, se presentó de sopetón el Ballon de Alsacia (2a, 11,5 km al 5,3), el primer puerto de entidad que se subió en el Tour, en 1905, y donde Eddy Merckx ganó la primera de sus 34 etapas.
En el descenso, gran susto. Una caída implicó a Carlos Rodríguez y al estadounidense Sepp Kuss. El granadino se llevó un buen golpe en cara y en el codo, pero tras visitar el coche médico siguió en carrera, lo mismo que el gregario de Vingegaard.
Se formó una fuga de diez corredores controlada por el grupo del maillot amarillo. Pogacar no quería llegar a París sin otra victoria de etapa, ni Vingegaard perder la ocasión de rubricar su segundo Tour alzando los brazos en una etapa de prestigio.
Entre los escapados, el inquieto italiano Giulio Ciccone, ya rey de la montaña al cruzar en cabeza el Ballon de Alsacia, la Croix des Moinats (2a) y el Col de la Schlucht (3a). Desde Franco Pellizotti en 2009 no vestía un ciclista transalpino el jersey de puntos rojos. Anteriormente el honor le correspondió a Chiapucci, en 1992.
En el Petit Ballon (1a, 9,3 km al 8,1) atacó delante el francés Pinot, motivado en su tierra a un solo día de la jubilación. Abrió hueco y se desató la "Pinotmanía", un fenómeno de afecto exacerbado hacia el ciclista galo, capaz de movilizar a todos sus paisanos para convertir el ascenso en un pasillo de locura.
Pinot cruzó en cabeza la cima, a pocos segundos perseguían Pidcock Barguil y Harper, y el grupo de favoritos a 1.20 minutos, con el Jumbo de Vingegaard al mando. El UAE custodiaba a Pogacar y Adam Yates, sus dos plazas del podio, y los hombres del líder atentos a Carlos Rodríguez y Simon Yates por los puestos 3 y 4.
El último puerto del Tour 2023, el Col de Platzerwasel (1a, 7,1 km al 8,4) filtró a los más poderosos del pelotón. Pogacar tomó la iniciativa y se llevó a rueda a Vingegaard y el insaciable Felix Gall. Por la cima pasaron juntos, con los hermanos Yates cerca y Rodríguez en apuros.
Pogacar quería la etapa, pero tenía por detrás a Yates tratando de asegurar la tercera plaza del podio. Vingegaard no se jugaba nada más que el deseo de ganar en Le Markstein, y Simon Yates estaba en la batalla de desalojar a Rodríguez de la cuarta.
Con los intereses varios a buen recaudo hubo charla entre el quinteto de cabeza. Gall trató de apuntarse otro triunfo, pero se cruzó con Pogacar, el mejor al esprint. Por detrás Bilbao olía la quinta plaza final, pero Carlos Rodríguez llegó a tiempo. El Tour quedó sentenciado.
El Tour de Francia finaliza este domingo con la disputa de la vigésimoprimera y última etapa entre Saint-Quentin-En-Yvelines y París, trámite de homenaje al vencedor de la 110 edición y reconocimiento a la totalidad de corredores que han terminado las tres semanas de competición.