Alejandro Valverde vuelve a ser noticia esta semana. Desgraciadamente, en este caso, no es por sumar un nuevo triunfo, sino por un lamentable episodio que vivió hace casi dos años junto a su amigo Pedro Moya en la carretera RM-560 que une Alcantarilla y la pedanía murciana de Javalí Viejo. Se trata de un atropello por el que el juzgado de instrucción número 1 de Murcia dictó de forma reciente un acto que considera concluida la investigación y remite a la Audiencia Provincial el procesamiento para que se procese la celebración del juicio.
Así lo ha hecho saber La Verdad, que además ha tenido acceso al auto por el que Cristóbal V., vecino de la pedanía murciana de La Ñora, tendrá que rendir cuentas en breve. En estos momentos, según el medio, la parte denunciante y la defensa se encuentran preparando escritos de cara a ese juicio. Sin embargo, todo hace indicar que difícilmente este exguardia civil de 71 años eludirá el trance de sentarse en el banquillo para responder sobre los hechos que se le acusan.
Un suceso que la Policía Nacional ha podido recrear, a través de un montaje, ensamblando declaraciones de testigos y el acusado. Tres minutos de 'frames' en el que los investigadores explican lo que pudo rodear el arrollamiento del exciclista profesional y su grupo de amigos. En este esclarecimiento tuvo especial importancia un repartidor de Glovo que circulaba a esas horas por la zona. De hecho, se encontraba siguiendo al grupo ciclista. Lo que le permitió ver lo sucedido, e incluso fotografiar la matrícula del coche que causó el atropello.
Según el hombre, en torno a las 12.30 vio el automóvil del sospechoso circulando muy pegado al pelotón de ciclistas. Un grupo que, según explica el fiscal en el escrito, iba alineados en fila de dos en dos. En un momento en el que empezaron a cruzar el puente de la travesía, el conductor comenzó a adelantar al grupo. Un lugar sin visibilidad y señalizado con línea continua siendo de doble circulación. Al verse sorprendido por otro coche que venía en sentido contrario, realizó "una maniobra agresiva, pasando muy cerca de los ciclistas y sin guardar la distancia de seguridad".
Es aquí donde hay discrepancias en las declaraciones. Mientras que el acusado niega que se realizara esa maniobra temeraria. De hecho, su mujer, que se encontraba viajando de copiloto, explicó que el grupo estaba formado entre 30 y 40 ciclistas ocupando todo el carril. Lo que obligó a su marido a invadir el carril contrario para adelantar y volviendo a su lado sin acercarse al grupo.
Sin embargo, por parte del pelotón aseguran la conducción peligrosa del sospechoso. Alejandro Valverde expuso que les pasó muy cerca, hasta el punto de estar cerca de tirarlos. De hecho, esto les hizo avisar al conductor que tuviera cuidado a lo que, supuestamente, respondió el acusado con una peineta. Esto fue reprendido por los ciclistas a lo que el conductor frenó en seco y comenzó a ir marcha atrás hacia ellos. Afortunadamente, en este caso él y sus compañeros le consiguieron esquivar.
Los ciclistas señalan que posteriormente inició la marcha hacia delante con un acelerón, llevándose por delante a Alejandro Valverde y a Pedro Moya. En este sentido, el acusado señala que frenó para preguntar por el motivo de los improperios y los deportistas le lanzaron botellas de agua al coche, provocando daños en carrocería y ventanas. Y que fue en el momento de reanudar la marcha para huir y evitar que siguieran lanzándole objetivos cuando, según su versión, "pude desestabilizar a alguno de ellos y por eso cayeron al suelo, pero no di marcha atrás al coche ni arrollé a nadie".
Con respecto a la versión del testigo, si bien reconoce que hubo insultos por parte de los ciclistas y algún lanzamiento de una botella de agua, en el momento que pasaron por delante del coche, el hombre aceleró a gran velocidad llevándose por delante a uno de los deportistas y giró hacia la derecha arrollando a la segunda víctima.
Por otro lado, el abogado de la defensa, Eduardo Romera aseguró que, teniendo en cuenta las pruebas existentes, difícilmente se podrá probar la tentativa de homicidio por el que está acusado su cliente. A la vez que expone que el grupo de ciclistas circulaba en pelotón, lo que obligó al conductor a invadir el sentido contrario para adelantar. En un momento determinado, el acusado frena y los ciclistas rodean el automóvil, supuestamente, insultándole y lanzándole botellas que llegaron a darle a su mujer y a abollar el coche. Algo por lo que arrancó la marcha y "como alguno estaba cogido del coche, puede que lo tirara".
Así mismo, recalcó que hacía poco que había recuperado recientemente el carné de conducir y que no contaba con sanciones administrativas ni condenas previas por ningún delito.