Alejandro Valverde es un exciclista profesional que no ha colgado la bicicleta al seguir compitiendo en diferentes Vueltas y competiciones lejos de los grandes focos. Entre esas pruebas están las de gravel, en las que ha debutado en este 2024 y que para él han sido una gran solución a ese gusanillo que le queda de su anterior etapa. Además, fue una de las razones por las que no regresó al ciclismo profesional.
Lo ha reconocido en una entrevista que le han hecho Volata Radio, una revista especializada en este deporte que realiza charlas con personas importantes relacionadas con el ciclismo. Tras retirarse con 42 años decidió seguir montado en la bicicleta en las pruebas como La Quebrantahuesos o La Indomable. Dos carreras en las que dejó su sello de ambición y de campeón.
Un ciclista que ha demostrado que la edad es solo un número. "No es competición lo que estoy haciendo, pero tengo buenas sensaciones", comentó. Sobre lo que ve en la televisión sobre el ciclismo al que mucho tiempo perteneció señaló que "hay cinco o seis corredores que están por encima". Lo que le hace pensar que se retiró en el momento bueno porque cuando él se retiró, esos que ahora son superiores, entonces, "andaban mucho".
Además, sobre su retiro, señaló que se retiró en un momento que rallaba a un gran nivel, "en el top-10 mundial" y, además, se marchó tras queda entre los cinco primeros en Lombardía, su última competición. Tras retirarse en 2022, señala que el 2023 fue un año de transicisión "haciendo gravel y otras cosas". Reconoció que es difícil retirarse y "más si estás en un gran nivel". Sin embargo, quiso remarcar que, en su caso, tiene la suerte de poder seguir entrenando y disfrutando de la bici, y de seguir ligado a Movistar.
De cara a las nuevas pruebas, señaló que las pruebas Mountain Bike no son su punto fuerte al ser muy técnico, "pero me lo paso bien". Otro de los puntos que le gusta del gravel, como por ejemplo en la prueba que volverá a hacer este año en Girona "es un paraíso para el gravel", recorridos muy bonitos, aunque reconoció que los últimos 40 kilómetros en la prueba de la edición pasada había un gran desnivel y "es muy exigente".
Acerca de lo que se encuentra en el gravel siendo "carretero", es la posibilidad de ve ver paisajes que no se ven en carretera, la "tranquilidad de no tener coches" y la sensación de velocidad "cuando vas por caminos". "De adrenalina, de disfrutar y eso también es bonito", expresó. De hecho, afirmó que le ha ayudado muchísimo a aceptar su retirada. A su vez, afirmó que sobre marzo del año pasado tenía pensado volver a competir.
Sin embargo, tras hacer La indomable y, posteriormente, otras pruebas, ese gusanillo "iba poco a poco apagándose". De hecho, se lo comentó a Eusebio Unzué el pasado mes de octubre pero, ni mucho menos insistió. "No me arrepiento ni mucho menos", señaló.
De hecho, cuando estaba como profesional estaba centrado en la carretera, "en lo tuyo", y ahora que está retirado "ves lo que hay fuera". "Hay un mundo detrás del ciclismo profesional", recalcó a la vez que señaló un aspecto que fuera del deporte de la bicicleta, Carlos Alcaraz aprendió este año. "Cuando sufro, disfruto", señaló añadiendo que en ese caso debe sentirse bien.
Sobre la prueba Quebrantahuesos que consiguió el récord el año pasado, señaló que allí "no hay ni ganador ni un perdedor". A su vez, señaló que es un competidor "incluso entrenando" y que no le gustaba perder. Otro de los puntos fue la comparación al momento actual del deporte actual y el momento en el que comenzó a ser profesional. "Se entraba bien, te cuidabas, pero ahora se entrena mucho más metódico", comentó en este sentido añadiendo que ahora las plantillas son más grandes y que prima el espectáculo.
Una de las pruebas que estará presente en el futuro, además de la Vuelta a Lanzarote, será la Sea Otter Europe el próximo 21 de septiembre y tendrá lugar en Girona. Una distancia de 100 kms con 1900 metros de desnivel positivo acumulado. Además, transcurre por el corazón de uno de los macizos más conocidos de la zona, como es el Macizo de Les Gavarres