El piloto catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota), que este jueves se proclamó ganador del Dakar por tercera vez en su carrera, aseguró que este rally fue muy duro aunque lo haya liderado sin problemas casi desde el comienzo, y señaló que "si fuese fácil" no participaría en ella.
"Nunca es una carrera fácil. Si fuese fácil, me quedaría en casa. Ha sido muy dura, aunque la hayamos liderado desde el tercer día", comentó Al-Attiyah al llegar a la meta del rally, en la décima y última etapa.
"Es un sueño volver a esta carrera y ganarla por tercera vez para mí y por primera vez para Toyota. Estoy seguro que en Japón estarán orgullosos", añadió.
Al-Attiyah afirmó que este triunfo le empujará a volver el próximo año para defender el título y manifestó su seguridad en que sea con un equipo oficial de Toyota y ya no con la filial sudafricana de la marca japonesa, como ha corrido hasta ahora.
El árabe auguró que esta victoria hará que el equipo Toyota sea muy fuerte en el Dakar durante los tres o cuatro próximos años, y valoró la fortaleza del Toyota Hilux con el que ganó la carrera.
Al-Attiyah recordó que el año pasado ya quedó segundo con el mismo coche y apuntó que habría ganado también si para entonces hubiese tenido los neumáticos con los que cuenta actualmente, fabricados especialmente para su todoterreno.
Sobre el recibimiento que le espera en Doha, el catarí anticipó que "habrá una gran celebración" y contó que su teléfono lleva colapsado desde anoche con llamadas y mensajes de sus familiares y amigos a pesar de que aún quedaba una etapa por disputarse.
El piloto catarí se hizo con su tercer cetro del Dakar tras haber conquistado el rally anteriormente en 2011, con Volkswagen; y en 2015, con Mini.