El problema del Skoda Kodiaq RS que deberías saber antes de comprarlo

En Skoda han aprendido que si algo funciona es mejor no tocarlo. Es más, si el mercado tiene a ir hacia una dirección, apostar por tomar otro camino es inútil. Y, les guste más o menos a los puristas, lo cierto es que los SUV son los vehículos que más lo están petando en los últimos tiempos.

Es por eso que el fabricante checo asociado al grupo Volkswagen ha lanzado al mercado la versión más deportiva de su SUV de mayor tamaño, el Kodiaq. UN Kodiaq RS que, al menos hasta la fecha, tiene el honor de ser el SUV de siete plazas que ha marcado el tiempo más rápido en el mítico trazado de Nürburgring.

Un SUV radical

Un SUV que, como era de esperar tratándose de la versión RS, tiene en el motor su principal baza para captar adeptos. Y qué motor: un dos litros biturbo diésel que entrega ni más ni menos de 240 caballos de potencia.

Con un cambio automático DSG de siete velocidades y una tracción a las cuatro ruedas, esta bestia de Skoda es capaz de llegar de cero a cien kilómetros por hora en menos de 7.2 segundos. No está nada mal tratándose de un vehículo tan pesado como es este SUV de este tamaño.

El problema del Skoda RS

Sin embargo, si bien el motor, la transmisión y el cambio son de primer nivel, es en la suspensión donde podemos encontrar un pero. Y es un pero de los gordos. Y es que, pese a ser, cómo no una suspensión muy deportiva, en muchas ocasiones no deja de ser muy seca, algo que estropea la conducción a largo plazo.

Eso sí, al margen de este detalle (para muchos pequeño para otros no tanto) este Kodiaq RS es uno de los SUV de siete plazas más impresionantes del mercado.