Hace unos meses Lucid Motors llamó la atención de propios y extraños con la presentación del Lucid Air, una berlina eléctrica que anunciaba una autonomía de 832 kilómetros, según el ciclo EPA (EEUU). Este modelo fue diseñado por Peter Rawlinson, que fue ingeniero jefe en el desarrollo del Tesla Model S. Y es un coche que desarrolla 1.095 CV y tiene una capacidad de 300 kW.
Aquel Lucid Air no tardó en llamar la atención de grandes inversores que no dudaron en inyectar fondos para llevar a cabo el proyecto y reforzar a esta marca norteamericana destinada a competir con Tesla. Ahora todo está preparado para poner en marcha la producción del modelo en la planta que tiene la firma en Casa Blanca, Arizona.
No obstante, según han anunciado medios como Bloomberg han anunciado una inversión de 1.000 millones de dólares procedentes de Arabia Saudí. Una inyección de capital que ha sido clave para poner en marcha la fabricación del modelo, y que llega con nuevos acuerdos que incluyen la creación de una planta de producción de coches eléctricos en el país de Oriente Medio. El mayor exportador de petróleo del mundo empieza a diversificar el negocio, consciente de que el oro negro se terminará un día u otro.
Tal y como publica el medio mencionado, esta planta estará situada en Jeddah, cerca del Mar Rojo. De esta forma, los modelos que se vendan a este lado del Atlántico saldrán de Arabia Saudí.
Pero atención, porque este proyecto se enmarca dentro de otro mucho más grande. Hablamos de la Ciudad Económica del Rey Abdullah, un proyecto presupuestado en 360.000 millones de dólares procedentes de la familia real saudí, dentro del cual quedaría la empresa de coches eléctricos.
La Ciudad Económica del Rey Abdullah es una metrópolis inteligente creada desde cero. De momento se han invertido 207.000 millones de dólares, y contará con una zona industrial de la que se desprenderán 330.000 empleos.