En nuestros habituales repasos de las ofertas que puedes encontrar en el mundo del motor, en ocasiones te hemos hablado del Mercedes Clase A. El compacto es el modelo más barato de la firma de la estrella. Por menos de 30.000 euros puedes tener uno.
Sin embargo, a pesar de registrar buenos números de ventas, son muchos/as los posibles compradores/as que acaban renunciando a él. El motivo: el origen de su motor.
Como sabrás, hace tiempo Daimler, propietaria de Mercedes, llegó a un acuerdo con el grupo Renault-Nissan. Una alianza en la que se comprometían a compartir esfuerzos en la creación de motores. Un ‘intercambio’ que ha generado que algunos Mercedes monten bajo el capó motores de Renault. Ello no quiere decir, ni mucho menos, que estamos ante coches de menor calidad. Todo lo contrario. Son máquinas excelentes. Pero el que monten motores Renault crea reticencias en muchos clientes potenciales.
Entre los motores de Renault más usados por Mercedes destaca el diésel 1.5 dCi, un bloque que venía montado en los Clase A y Clase B. Aunque el que copa las ventas en este momento, y que configura el Mercedes Clase A de acceso del que te hemos hablado, es el gasolina de 1.3 litros, conocido internamente como ‘OM654q’.
Se trata de un bloque que está disponible en dos niveles de potencia que van de los 116 a los 190 CV. Y lo puedes encontrar hasta en seis modelos de Mercedes. Esto son los Clase A, Clase B, GLA, GLB, CLA o Clase A Sedán.
Pero no son los únicos modelos de Mercedes que montan bloques de Renault. Las variantes hibridas de los compactos se configuran con el motor mencionado ensamblado en un bloque híbrido, en el que está asistido por un motor de 102 CV de potencia.
Además, la gama de vehículos comerciales de Mercedes también se sirve de motores Renault. Por ejemplo, el Mercedes Citan, que monta el 1.5 litros de Renault que también lleva la Kangoo, y que puede desarrollar entre 80 y 116 CV de potencia. Otro ejemplo son las Mercedes Vito y Vito Tourer montan el 1.7 de Renault de 80 o 130 CV.